Seydouba Cissé, un 'inconsciente' para resucitar la ilusión del Leganés
El buen partido del canterano ante el Real Zaragoza (gol incluido) lo confirma como un valor firme de futuro. “Juega como si estuviera con los colegas”, lo describe Nafti.
Ayer sábado Seydouba Cissé cumplía 21 años y un día. Más que sonar a efeméride, suena a condena. Lo fue para un Real Zaragoza que se vio desbordado por su presencia, cambio inesperado en la medular del Leganés. Ante los aragoneses, Mehdi Nafti, entrenador de los blanquiazules, decidió dar entrada al verde al que seguramente sea su canterano favorito. Ése al que venía piropeando desde hace semanas, aunque sin concederle una alternativa que el entorno pepinero reclamaba ya desde hace tiempo. La espera mereció la pena. Cissé se estrenó por todo lo grande con gol y actuación brillante. Fue el mejor de un triunfo balsámico (2-1) que coloca al Lega a ocho puntos del descenso con la sensación de haber encontrado en este joven guineano una referencia de futuro. Una pieza clave si se mueve en la senda correcta de la formación.
Un asunto, lo de moldear a los chavales para que no se desvíen, es tema que obsesiona al propio Nafti. En las últimas convocatorias se ha empeñado en demostrarlo con Naim García, al que ha reducido sus presencias en los onces tras usarlo como titular recurrente porque, según el franco-tunecino, “no le podemos dar la responsabilidad de resolver la situación de este Leganés a un chaval tan joven”. Por eso resulta llamativo que ante el Real Zaragoza, en un partido que “era de cuatro puntos”, como valoró el propio entrenador al término del encuentro, decidiera usar a Cissé de inicio.
La inconsciencia de Cissé
La jugada, con todo, le salió perfecta, quizá ayudado por la inconsciencia de un chaval que, lejos de sentirse responsabilizado por lo que se está jugando su equipo, compite sin el fantasma de la incertidumbre que, desde hace semanas, lacera las piernas del resto de sus compañeros, agarrotadas por los nervios de un curso que roza el aprobado.
“Es una maravilla verle”, le alabó Nafti tras el partido. “Y sí, a lo mejor el hecho de no darse cuenta de esa responsabilidad, de esa famosa mochila… le hace jugar como si estuviera con sus colegas en el barrio. Necesitamos tener esa frescura de mente y de cabeza, sobre todo”, añadió a propósito de una inconsciencia que, ante el Zaragoza, le hizo rendir sin ataduras, fresco y determinante en casi todo lo que hizo.
Más allá del gol, Cissé aportó calma y poso en la medular, donde formó de inicio junto a Pardo y Recio. Apenas le tembló el pulso pese a ser el día de su debut. Lo demuestra que sólo falló cinco pases, los mismos que un Recio curtido en mil batallas y menos que un Pardo algo más desdibujado en la medular. Además, Cissé también aportó en defensa, con ocho recuperaciones, y en la pizarra, cuando Nafti le pidió que ocupara el extremo derecho tras el descanso.
Trabajando en su renovación
Ahí, convertido en lo que no es, Cissé hizo el 1-0. Recibió un pase abierto de Pardo y lejos de entrarle dudas, la pegó tras un control sencillo que se fue cruzado a la derecha de la portería. Eso, pegarle sin dudarlo, es otra de sus virtudes, las que ensalzan en un filial que lo tiene como jugador franquicia del éxito que ha aupado a los pepinillos a los puestos de playoff de ascenso a Primera RFEF. Lógico que, acabado el encuentro, Jorge Broto, responsable de las inferiores del Leganés, sacara pecho por ver como los frutos de su trabajo lucen en el primer equipo. “Te lo mereces Cissé”, tuiteaba junto al protagonista en una foto post-partido.
“Estoy muy contento de haber sido titular y marcar un gol. También de poder ayudar al equipo. He ido a celebrarlo con el míster porque me da confianza. Voy a aprovecharla. Necesitábamos este triunfo. Es muy importante”, decía el protagonista en Gol. Su partidazo, cuentan los que le conocen, no le va a hacer relajarse, sino todo lo contrario, apretar para repetir la confianza de Nafti. Mientras tanto, en el club ya están moviéndose los hilos para atarlo y renovar su contrato, convirtiéndolo en futbolista del primer equipo, algo que, sobre el papel, ya ejerce. Y con resultados ilusionantes.