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COPA DE ÁFRICA

La botella 'mágica' de Gabaski

El portero egipcio, héroe por accidente, llevó a su selección a la final tras detener cuatro penaltis ayudado por un curioso método. Aunque no fue decisivo, repitió con otros dos en la final.

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La botella 'mágica' de Gabaski

A toda historia le acompaña una intrahistoria. Y la recién terminada Copa de África de Naciones (CAN) 2022 no iba a saltarse esta teoría. La gesta de Senegal, que levantó por primera vez el trofeo tras una infartante tanda de penaltis ante Egipto, dejó como bonus track el truco de Mohamed Abou Gabal 'Gabaski', sin duda uno de los nombres propios del torneo. Salah, faraón general, aparte, el portero egipcio se convirtió en el héroe de su país, colocando su foto en el mapa y viralizando su nombre.

Más bien, en héroe por accidente. Porque Carlos Queiroz, seleccionador nacional, convocó al jugador del Zamalek Sporting de 33 años, en el que no es titular, como segundo portero, e hizo acto de presencia gracias a la lesión de su compañero El Shenawy en los octavos de final disputados ante Costa de Marfil. Su irrupción fue clave. En apenas un rato salvó a su equipo en la prórroga con un paradón a Sangaré y después, en la tanda de penaltis, detuvo uno decisivo a Bailly. Ya en semifinales, volvió a repetir actuación y, de nuevo, tuvo que lidiar con una tanda de penaltis frente a Camerún, en la que desplegó su ritual.

El truco de Gabaski: paró seis penaltis

Antes de cada lanzamiento, se arrodillaba en el suelo o parecía mantener la mirada perdida, de pie, con sus guantes extendidos sujetando una toalla, casi como si estuviera rezando. Pero las imágenes posteriores revelaron que estudiaba una botella con una 'chuleta' que indicaba las probabilidades de la dirección del lanzamiento de cada rival. Efectivo o no, detuvo los de Moukoudi, N´Jie y Lea Siliki y trasladó a Egipto a la final.

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Antes de volver a agigantarse -aún más, mide 1,91 m.- en otra tanda de penaltis, 'calentó' deteniendo uno a Mané durante el tiempo reglamentario. Aunque esta vez recibió una segunda ayuda extra, la de Salah, que le predijo donde golpearía su compañero en el Liverpool. También sacó una mano milagrosa a Bamba Dieng en un mano a mano al comienzo de la prórroga.

Posteriormente, en la tanda decisiva, consiguió detener otro a Bouna Sarr pero no con los cuatro restantes, perfectamente ejecutados a pesar de adivinar la trayectoria. Abdelmonem y Lasheen fallaron y Senegal se coronó rey continental. Con la vorágine de emociones, Gabaski olvidó la botella, que fue recogida por un aficionado, instando a la Confederación Africana de Fútbol a depositarla en su museo como historia viva de la competición.

La 'chuleta' de Lehmann y la toalla de Unai Simón

A la botella de Gabaski le han precedido otras curiosas argucias, a parte del estudio del rival, para tratar aumentar las probabilidades de detener un penalti. Parecido al método del egipcio, durante los cuartos de final del Mundial de 2006, Jens Lehmann acudía al lateral de la red de su portería para consultar un pequeño trozo de papel. Una 'chuleta' en la que le anotaron dónde solían disparar los argentinos. Detuvo dos, los de Cambiasso y Ayala. Los mismos que paró Unai Simón ante Suiza, también en los cuartos de la última Eurocopa. Aunque el vasco, como Gabaski, innovó, usando una toalla.