Sol Bamba, el jugador que venció al United… y al cáncer
En el Día Mundial contra el Cáncer, y en Old Trafford, el Middlesbrough eliminó a los 'Red Devils' de la FA Cup. El central de 37 años, al que le diagnosticaron hace un año un linfoma no hodgkiniano, anotó uno de los penaltis en la tanda.
Al igual que ocurre con el destino, el fútbol puede llegar a ser muy caprichoso. El 4 de febrero de 2022, el Manchester United recibía al Middlesbrough en Old Trafford para medirse en los dieciseisavos de final de la FA Cup. Un 4 de febrero de 2022, Día Mundial contra el Cáncer, que terminaría con la eliminación de los Red Devils a manos de los pupilos de Chris Wilder. Entre los muchos protagonistas que dejó el pase a la siguiente ronda copera del Boro, hay uno al que el fútbol, y el destino, le tenían reservado un lugar especial. Se trata de Souleymane Bamba, más conocido como Sol Bamba, central franco-marfileño de 37 años que, un año después de que le diagnosticaran un cáncer cuando militaba en el Cardiff City y en el Día Mundial contra el Cáncer, convirtió el quinto de los 8 penaltis anotados por el Middlesbrough en la tanda para asaltar el 'Teatro de los Sueños' y conseguir la clasificación para los octavos de final.
Sol Bamba ni siquiera fue titular. El veterano zaguero de los Smoggies entró al terreno de juego en el 118' de la prórroga, apenas 2 minutos antes de que el encuentro concluyera en tablas (1-1) y los lanzamientos desde el punto fatídico dictaran sentencia. El acierto por parte de ambos conjuntos –el Middlesbrough anotó los 8 penaltis que lanzó mientras que el Manchester United anotó 7 de forma consecutiva–, así como el definitivo error de Anthony Elanga desde los 11 metros, evitaron incluso que Bamba se convirtiera en la estrella indiscutible del encuentro como quinto lanzador del Boro. Pero su gol de penalti e historia de superación forman ya parte de la FA Cup. Una historia que empezó hace poco más de un año.
El 11 de enero de 2021, al Cardiff City, equipo en el que militó Sol Bamba durante cinco temporadas, le tocaba anunciar la peor de las noticias: "Nos entristece informar a los aficionados de que a Sol Bamba se le ha diagnosticado un linfoma no Hodgkin. Con el apoyo cercano del equipo médico del Club, Sol ha comenzado inmediatamente un tratamiento de quimioterapia. Todos estamos contigo, Sol". Pero a sus 35 años, el central costamarfileño no iba a decir adiós al fútbol. Comenzaba ahí una carrera de fondo con un único objetivo: volver. En el comunicado emitido por su anterior club, el Cardiff City explicaba que "Sol ha comenzado su batalla con su habitual espíritu positivo y continuará siendo una parte integral de la familia Bluebirds. Durante el tratamiento, Sol apoyará a sus compañeros de equipo en los partidos y a nuestros jugadores más jóvenes dentro de la Academia, con los que continuará su desarrollo como entrenador". Tras más de 100 partidos con la camiseta del Cardiff, durante los cuales consiguió un ascenso a la Premier League en la temporada 2017/2018, a Sol Bamba le tocaba parar. Por el momento.
La ovación más esperada
Mes a mes, Bamba empezaba a dar los primeros pasos en su recuperación. El 8 de abril, el defensor informaba de que se reincorporaba a los entrenamientos junto al resto de sus compañeros. "De vuelta al lugar que me corresponde", escribía en redes sociales. Otro paso de gigante tendría lugar el 8 de mayo. Aún sin aficionados en las gradas, y previa a su salida del Cardiff City el pasado verano, Sol Bamba volvería a saltar al terreno de juego con la camiseta de los Bluebirds. En la última jornada del curso 2020/2021 de la Championship inglesa, ante el Rotherham United, se producía la entrada al campo del costamarfileño en el minuto 95. Compañeros y rivales, así como miembros del cuerpo técnico de ambos conjuntos y equipo arbitral, se fundieron en un emocionante aplauso cuando Bamba ingresó en el césped del Cardiff City Stadium.
Y tras el comunicado más triste, le llegaba el turno al mensaje más emocionante, apenas 5 meses después. "Hola a todos, sólo un mensaje rápido para informaros de que ya estoy libre de cáncer. Es, por supuesto, una noticia increíblemente reconfortante para mi familia y para mí, estamos en la luna ahora mismo. Quiero agradecer a todos y cada uno de los que me han apoyado, ya sea con un comentario, un mensaje, un "me gusta" o lo que sea, que definitivamente me ha dado fuerza extra para pasar por esto. Sobre todo, quiero dar las gracias a la familia del NHS que tan bien me cuidó, siempre estaré agradecida por su trabajo. Gracias a toda mi familia, a mis amigos y, por supuesto, al club y a todo el mundo del fútbol que me ha ayudado a afrontar este reto. Os deseo a todos un feliz día y espero veros pronto de nuevo en el campo. Sol". El 20 de mayo de 2021, el jugador anunciaba en su cuenta personal de Twitter que había superado el linfoma no hodgkiniano.
"Relájate, supongo que (todavía) tengo esto"
El del Rotherham United sería el último partido con el Cardiff City, pero no el final de su carrera. A sus 37 años, y apenas 7 meses después de que le fuera diagnosticado un cáncer, Sol Bamba firmaba por una temporada con el Middlesbrough. Fue entonces cuando, 19 partidos después de su llegada al Boro, en el Día Mundial contra el Cáncer, el 'Teatro de los Sueños' presenció uno de esos momentos que solo el destino, y el fútbol, puede explicar. "Relájate, supongo que (todavía) tengo esto. Resultado fantástico y el espíritu de equipo increíble esta noche para ganar allí. Qué noche", publicó el jugador del Middlesbrough en Twitter, junto a las imágenes de la tanda de penaltis, tras eliminar al Manchester United de la FA Cup.
Con todo y con eso, Sol Bamba todavía tenía tiempo de bromear sobre su "efusividad" tras el triunfo. Mientras todos sus compañeros festejaban el pase a la siguiente ronda con el fallo de Anthony Elanga corriendo hacia la portería, la FA captó al central del Boro levantando los brazos con una cara no muy alegre. Pero el jugador de 37 años se excusó entre risas diciendo que es "demasiado viejo para esta m*****". El Middlesbrough había hecho historia y Sol Bamba volvía a sonreír, dentro y fuera del terreno de juego.