Óscar Gil y la fuerza de un Espanyol curtido
El lateral apunta que “siempre superamos las malas rachas” y confía en el grupo y en “ganar en San Mamés”. El jugador se nota mejor tras superar la lesión.
En febrero del curso 2020-21 se encendieron las alarmas en el Espanyol. Los blanquiazules dilapidaron en enero la ventaja que tenían en la zona de ascenso, y empezaron a crecer las dudas sobre la trayectoria del equipo de Vicente Moreno. Pero los blanquiazules las despejaron de un manotazo con victorias y goles tras semanas de estancamiento. Espero lo mismo Óscar Gil, quien asume, como otros jugadores, que el Espanyol está inmerso en algo más que un bache.
“Siempre superamos las malas rachas, como ya nos ocurrió el pasado. Lo pudimos sacar adelante y confío en el grupo. Ya lo hemos demostrado. Podemos competir con cualquiera”, manifestó el lateral derecho después del entrenamiento para los micrófonos de Espanyol TV. El ilicitano ya piensa en el siguiente reto, el duelo del lunes ante el Athletic, un campo complicado, pero al que el Espanyol llega con el convencimiento de que “queremos ganar”.
Hasta 18 días estarán los blanquiazules sin competir, tiempo suficiente para recuperar sus viejos valores y encontrarle las debilidades al equipo de Marcelino García Toral. “Llevamos una semana de exigencia, trabajando duro. Creo que podemos estar arriba y pelear por cosas bonitas”, aseguró el lateral plata olímpico en Tokio 2020, que, como ya sucediera el curso anterior, ha alternado las lesiones con las participaciones en el equipo titular.
La última de ellas le mantuvo lejos del verde del 23 de octubre al 31 de diciembre, periodo en el que Aleix Vidal ha ocupado su demarcación, costado por el que los blanquiazules sufren cada jornada. A la espera de recuperar su mejor nivel, Gil considera que va por el camino: “Me encuentro bien físicamente, he ganado minutos y ahora tengo que seguir creciendo”. Fichado por 500.000 euros, su cláusula, Gil, a sus 23 años, espera afianzarse en la primera temporada de su carrea en la máxima categoría.