El Racing libra a última hora
Al Racing, peor en los primeros 60' minutos que la SDL, le dio con media hora final de dominio y una ocasión para ganar. Los riojanos tuvieron tres claras
El Racing sigue en la carrera. Sin brillo, permitiendo que cualquier equipo le discuta el partido, concediendo últimamente más ocasiones al rival que las aceptables para uno de los grandes, pero compitiendo. Y con paciencia. Y con sangre fría. Y con talento arriba. Romo decidió sorprender sacando a Cedric del once inicial, esta vez en beneficio de Harper, y a Marco Camus (¿qué habrá hecho mal para salir del equipo?) dejando la banda izquierda a Álvaro Bustos. La SDL, que llegaba con una racha de siete partidos sin ganar, apostó por alinear de saque a Soberón y Jon Ander juntos para irse a por el Racing y lo cierto es que consiguió generar más que los cántabros. La victoria se iría para Santander, pero los locales hicieron méritos durante una hora para haber puntuado.
El partido arrancó con el libreto cambiado sobre las previsiones: el balón era del Racing. Pero, que nadie se asuste, fueron solo cinco minutos. A partir de ahí, la incapacidad que viene demostrando el equipo de Romo para sacar el balón jugado desde atrás obligaba a Parera a pegar en largo. Una y otra vez. Y una y otra vez los riojanos conseguían otra posesión gratis. Así, los de Raúl Llona empezaron a dar sensación de estar más cerca del gol. Las dos únicas oportunidades de marcar, de hecho, fueron rojiblancas.
Una pérdida en el centro del campo propició un centro rápido al interior del área racinguista, Jon Ander ganó la espalda, al límite del fuera de juego, a los centrales y se adelantó a Parera para rematar de cabeza. Se le fue alto el balón, pero el portero mallorquín estuvo a punto de que le pitaran penalti. Fue al bulto, no tocó el balón por mucho y se llevó por delante al vitoriano..., tuvo mucha suerte con la decisión arbitral. Si hubiera pitado penalti no hubiera extrañado a nadie (Jon Ander acabó incluso lesionado). Era el 17' y siete más tarde, una pérdida absurda de Borja Domínguez regaló una ocasión clamorosa a Soberón, que perdió el mano a mano con Parera. Solo Unai Medina por la derecha y los destellos esporádicos de Pablo Torre por dentro iluminaban el panorama racinguista. Los dos pivotes, Tienza y Borja Domínguez no generaban nada hacia el campo rival y arriba, en su primera oportunidad, Jack Harper, era un náufrago.
La segunda parte empezó con las mismas sensaciones, con Sandoval plantándose al minuto de salir del vestuario solo frente a Parera y volviendo a fallar. Esta vez ni tan siquiera tuvo que pararla el guardameta ya que el de la SDL remató alto. La gasolina, y la fe tras las ocasiones perdidas, comenzó a fallarle al cuadro local y a partir del 60' el Racing se hizo dueño del partido. Sin alardes, sin llegar al área, pero el balón ya era de los cántabros y el dominio territorial también. Pablo Torre era cada vez más filoso, Manu Justo mejoraba las sensaciones de Harper y la presencia de Camus prometía dos arrancadas de las suyas. Parecía solo cuestión de tiempo que el Racing acabara rematando a puerta.
Y esa ocasión se hizo esperar. No fue hasta el 86', incluso cuatro minutos después de una ocasión aislada del Logroñés, cuando llegó el gol verdiblanco. Una gran internada de Camus, que pisa la línea de fondo, no ve hueco y se sabe dar la vuelta y con la derecha pone un caramelo a Manu Justo en el segundo palo. También el gallego estuvo fino en la acción, no en el primer remate, que fue mordido y le taparon, pero en el rechace pegó con el exterior de su pierna derecha un pase a la red. Con tranquilidad. Con clase. Otra victoria a domicilio que el Racing se lleva casi cuando va a sonar la campana, como en Irún o en Badajoz.