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BADAJOZ 0 | RACING 1

Óscar Cano ya lo sabía: la dinamita la tiene el Racing

Una jugada descomunal de Soko, conduciendo el balón al sprín 80 metros, con gran tiro de Cedric, decide un duelo parejo en el que Parera hizo dos paradones

Santander
Óscar Cano ya lo sabía: la dinamita la tiene el Racing
José Manuel RomeroDiario AS

Hay veces que el fútbol es muy sencillo. Le das el balón a los buenos y pasan cosas. Buenas. El entrenador del Badajoz, Óscar Cano, lo clavó el viernes: "de todas las armas del Racing, la que es diferencial es la calidad de sus cuatro delanteros. Tienen dinamita". Él condicionó su dibujo a tapar siempre el costado de Soko, renunciando a atacar por allí para no descuadrarse nunca por ese lado, sus dos centrales tenían orden de no alejarse medio metro de la espalda de Cedric y puso doble pivote, poco habitual en él, para asfixiar a Pablo Torre..., y casi lo consiguió. Bastó que un calambrazo de Soko y Cedric hiciera chispa para que el Racing ganara y el Badajoz no. Probablemente, libra por libra, lo más justo hubiera sido un empate, pero el Racing tiene al único futbolista capaz de hacer un esprín de 80 metros con el balón pegado al pie superando a la mitad del equipo rival.

Se conocen tanto Óscar Cano y Romo que intentaron descolocar a su amigo/rival diseñando onces con novedades respecto a lo que venían haciendo durante la temporada. En el caso del Badajoz atrasando a Isi Gómez al doble pivote y centrando a Concha, fijo en banda izquierda hasta ahora, para colocarlo de mediapunta. En el Racing hubo matices, como cambiar el perfil de Pol Moreno y Bobadilla en el centro de la defensa, y una excentricidad, la de colocar a Íñigo, por primera vez en su vida, de extremo izquierdo en lugar de Bustos para hacer hueco a Tienza en el medio. Cosas de entrenadores. Esta, en concreto, no funcionó en absoluto: se echó de menos el dinamismo del de Ampuero en el medio y ese carril izquierdo fue por donde más sufrió el Racing.

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José Manuel RomeroAS

Los primeros minutos estuvieron igualados, con los pacenses incapaces de contactar arriba con Sergio Benito (aunque Isi tuvo una clara en el 2' en un error colectivo de pivotes y centrales cántabros) y el Racing, sin prisa y sin arriesgar, pero amagando con un tirito lejano de Pablo Torre, una colada de Soko hasta la línea de fondo y una buena estrategia que Aitor Pascual tapó in extremis cuando Torre ya se preparaba para embocar en el pico del área chica. A partir del 25' eso se acabó. El Badajoz se hizo con el cuero, el partido se jugaba solo en el campo del Racing y la sensación de que el gol pacense estaba al caer era evidente. Saques de esquina, faltas, llegadas (por banda derecha sobre todo) del Badajoz y el Racing achicando agua. Sergio Benito tuvo un par de ocasiones que se le fueron demasiado cruzadas y en el 35 un cabezazo clamoroso de Concha, solo y por delante del punto de penalti, que sacó con una gran parada Miquel Parera, el mejor de los suyos. Lo mejor para los de Romo fue llegar 0-0 al descanso.

Le sentó de maravilla al Racing el descanso. Con la excepción de una acción aislada que propició un gran remate de cabeza de Sergio Benito y una parada estratosférica de Miquel Parera, la reanudación del partido fue del equipo de Guillermo Fernández Romo. El Badajoz dio, o le hicieron dar, varios pasos para atrás y el control del juego ya era del Racing. Sin prisas, sin correr riesgos, sin grandes ocasiones tampoco, pero los santanderinos parecían mucho más cerca del gol que los locales.

A partir del 75', tras los cambios ofensivos de Óscar Cano y después de que Romo siguiera ese guion suyo en el que pone que tiene que sustituir a Pablo Torre, sí o sí, en el último cuarto, el duelo se volvió a equilibrar. El público de El Vivero empujaba, el Badajoz metió un segundo punta en el área y los racinguistas ya no aguantaban el balón. Y en esas estaban cuando, achicando agua, Patrick Soko recuperó un balón sobre, literalmente, la línea de fondo de su propia portería y empezó un eslalon inimaginable para cualquiera menos para Soko. 80 metros filtrándose y dejando tirados a rivales para dejar el balón en el pie de Cedric a distancia de tiro..., luego hay que recortar a los centrales y chutar junto al palo como hizo el nigeriano, claro. Un gol descomunal al alcance de muy pocos equipos, pero eso ya lo sabía Óscar Cano.

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José Manuel RomeroAS