El Espanyol tiene un agujero

Se apunta la contundencia como el principal defecto del Espanyol. Y es cierto. Pero no en ambas áreas. A pesar de que el 2-2 del martes ante el Cádiz dejase ese mal sabor de boca de un sinfín de ocasiones perdidas, el equipo está cada vez más afinado en ataque. Sin embargo, lo que en defensa antes era un muestrario de solidez se ha convertido hoy en un agujero. En el quebradero de cabeza de un conjunto perico que encadena la friolera de diez partidos seguidos recibiendo goles.

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Curiosamente, fue el choque en Cornellà ante una Real Sociedad que aspiraba al liderato (1-0) el último encuentro con la portería imbatida, y el enfrentamiento de la Copa del Rey frente a un Club Deportivo Solares de la Tercera RFEF (3-2) el inicio de esta preocupante racha. En los 15 primeros encuentros de la temporada, todos de Primera, materializó el Espanyol 15 goles (uno por partido) en 178 remates totales (11'8 de promedio) y 53 a puerta (3'5). Recibió 13 tantos (0'8) en 215 disparos (14'3), de los cuales 70 entre los tres palos (4'6). En los diez siguientes, hasta hoy, lleva 17 goles a favor (1'7 por partido), ha tirado 147 veces (14'7), 54 a puerta (5'4). Y ha recibido 18 dianas (1'8 de media) en 96 chuts (9'6), 33 a portería (3'3).

El maremágnum de cifras depara una clara conclusión. En sus diez últimos partidos, el equipo de Vicente Moreno mete un 60 por ciento más de goles que antes y, aunque dispara más, necesita mucho menos para marcar. Sin embargo, y he aquí el problema, y a pesar de que recibe cinco disparos menos por encuentro, al Espanyol le están metiendo un 65 por ciento más de dianas que en las primeras 15 citas de la temporada, y eso que en este tramo se han medido con adversarios de inferior categoría, no solo Primeras.

La fragilidad se evidencia en la capacidad del rival para superar la meta de Diego López y Joan García, que han pasado de recibir uno de cada 16'5 disparos –seis de esos primeros 15 partidos se saldaron con la portería a cero– a ver cómo los rivales convierten en gol uno de cada 5'3 remates. Demoledor. Si es que hasta el Rayo Vallecano, que no le llegó a chutar, le derrotó.

En términos futboleros, que es lo que se entrena al fin y al cabo, lo que principalmente está acabando con la solidez del Espanyol son los centros laterales. Ocurrió contra el Elche, se volvió a poner de manifiesto contra el Cádiz y ha sido una constante durante la andadura en la Copa del Rey, en la que –dato alarmante– todos los goles en contra llegaron a balón parado.

La repetición de errores, la portería imbatida como un mero recuerdo del pasado y, sobre todo, el calendario que se le avecina al Espanyol no hacen presagiar la mejor de las suertes a los pericos en un sistema defensivo que, para colmo, y aunque recuperará a Adrià Pedrosa, a quien pierde por sanción para el compromiso de este viernes contra el Betis es a Leandro Cabrera. El único jugador de la plantilla que había disputado todos los minutos de LaLiga. Para tapar ese agujero hará falta algo más que cemento armado.

Los tiros del Espanyol 2021-22