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ATHLETIC - REAL MADRID

Violines o trompeta en Riad

El Madrid de Benzema y Vinicius aspira a destronar a un Athletic de gala y crecido. Lucas y Rodrygo relevan a Carvajal y Marco Asensio. Alaba, duda. Nico Williams, posible titular.

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Los jugadores del Madrid, durante el entrenamiento previo a la final de la Supercopa.
Realmadrid.com
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Al Madrid le resulta fácil creer. Mira la tabla, sus marcadores de la temporada y a Benzema y Vinicius y lo tiene casi hecho (sigue el partido en directo en As.com). Al Athletic le cuesta más, pero también dispone de argumentos para defender su título de Supercopa en Riad: una magnífica camada de cachorros, dos derrotas por un tubular ante este Supermadrid en el último mes y medio, su competitividad en torneos al esprint y su capacidad para superar las adversidades. La final de Copa de 1958, última entre ambos, es su espejo. Dirigido por Baltasar Albeniz la jugó en el Bernabéu y ante un Madrid campeón de Europa y de Liga que le había goleado en Chamartín (6-0, con un gol de Marsal del que se habló durante años) y ganado también en San Mamés (0-2). El Athletic se impondría en la final (2-0) y su presidente de entonces, Enrique Guzmán, dejaría una frase para la historia: "Con once aldeanos les pasamos por la piedra".

Hoy son otros los aldeanos, pero el Athletic mantiene su estatus de irreductible aldea gala del fútbol mundial con enorme decoro. Y la camada de cachorros promete. Para muchos, será la mejor en décadas. Doce de sus futbolistas son menores de 25 años y algunos han dado el salto: Vencedor, mediocentro insustituible que no pudo ni viajar por lesión; Vivian, central para años; Sancet, segundo goleador del equipo; Nico Williams, al que se augura un futuro aún mejor que el de su hermano; Nico Serrano, el genio que viene… Todos dirigidos por Marcelino, entrenador eficacísimo en esfuerzos cortos. Llegó hace un año, tomó al equipo décimo, lo dejó en el mismo lugar a final de curso y ahora es noveno. Por ahí no ha habido mejora, pero en ese plazo ha metido al equipo en tres finales (dos de Supercopa y una de Copa) y heredó otra (la de la Copa del Rey ante la Real a la que llegó Garitano y hubo de disputarse un año después).

El balón parado

Al Madrid le planteará el partido que menos le gusta. Será un equipo que espera ante otro al que le gusta esperar con un dibujo inamovible (4-4-2) y transparente en sus objetivos. Defiende mucho (con 17 goles es el segundo equipo menos vulnerable de la Liga), juega al espacio (nadie contragolpea más, aunque anda cerca de la cola en la culminación con disparo), presiona arriba, sabe vivir de espaldas a la pelota (no llega al 48% de la posesión) y resulta demoledor a balón parado (es el que más goles marca y menos encaja en LaLiga). Bien lo sabe el Atlético, que mordió ese anzuelo.

Los hermanos Williams, durante el último entrenamiento del Athletic.
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Los hermanos Williams, durante el último entrenamiento del Athletic.JAVIER GANDUL

El once de Marcelino, que en seis duelos no le ha ganado a Ancelotti, no cambiará demasiado respecto al jueves. Una de las dudas es si repetirá con Berenguer, que no ha marcado un gol en toda la temporada, o se decidirá por Nico Williams, autor de tres tantos en los últimos tres partidos. La otra, si Yuri, que ante el Atlético jugó sus primeros minutos de la temporada, le quitará la plaza a Balenziaga. Todo bajo la tutela de Munian, quizá en el mejor momento de su carrera: dos goles, seis asistencias y participación en un 60% de los tantos del equipo (Benzema está en el 62% y Vinicius en el 53%).

El factor Karim

Un buen Athletic azotado durante 13 años por Benzema. A nadie le ha metido más goles el francés, 17, nueve de ellos en los últimos tres años, tres en esta misma temporada. Es decir, que la cosa va a más, como va a más la carrera del jugador cuando su edad debería indicar lo contrario. "Me he convertido en el nueve que siempre quise ser". Lleva 23 goles en el curso y todo el Athletic, 24. El temor está justificado.

Benzema, ante el cartel que le reconocía como MVP del partido ante el Barcelona.
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Benzema, ante el cartel que le reconocía como MVP del partido ante el Barcelona.Realmadrid.com

El francés liderará el ataque del Madrid, acompañado por Vinicius y por Rodrygo (Asensio no se entrenó ayer), con el centro del campo de cabecera y uno o dos cambios en defensa: Alaba, que lucía un vendaje espectacular en un gemelo, será duda hasta el final, y Lucas Vázquez relevará a Carvajal, baja por COVID. Se han cumplido ya seis años desde que Rafa Benítez le empleara por primera vez como lateral. Había llegado el verano anterior como extremo, pero las bajas en defensa le llevaron hasta ahí. Poco a poco fue desplazando a otros relevos de Carvajal (Arbeloa, Odriozola…) y ahora es casi su puesto principal. Zidane y Ancelotti se sienten seguros con él ahí. Solo un año desde que volvió al Madrid ha jugado menos de 30 partidos.

El segundo Clásico

El COVID ha mantenido en vilo al equipo desde el positivo de Carvajal, pero ha salvado la crisis. En el último partido del año, en San Mamés, faltaron ocho por contagio (más tres por sanción o lesión). Después cayeron Jovic y Vinicius. Para aquel duelo, el Athletic se quedó sin sus dos internacionales, Unai Simón e Iñigo Martínez, por el mismo motivo. Todos estarán hoy listos.

A favor del Athletic está el factor fatiga. Cierto es que cuenta con 24 horas menos de descanso, pero el Madrid carga con una prórroga y seis partidos más. Hasta seis jugadores blancos suman ya más de 2.000 minutos. El más castigado del Athletic, Iñaki Williams, se queda en 1.747.

Athletic y Madrid han jugado 239 partidos en el que es el segundo duelo más repetido en el fútbol español, solo por detrás del Clásico, y han disputado ocho finales, seis ganadas por los bilbaínos. Pero el Madrid es un especialista en los días de la verdad: diez triunfos en sus últimas once finales. Hoy, con sus violines, espera destronar al Athletic, pero la trompeta de Villalibre también está afinada.