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LEVANTE

273 días de espera

"Gracias a todos por la paciencia y el apoyo; disculpad el retraso", publicó Alessio Lisci tras la primera victoria en Liga del Levante en más de ocho meses.

Actualizado a
08/01/22 PARTIDO PRIMERA DIVISION
 LIGA SANTANDER
 LEVANTE UD - RCD MALLORCA 
 
 Alessio Lisci
  MORALES SALUDO
DAVID GONZALEZDIARIO AS

Mucho ha llovido desde el 10 de abril de 2021. La última victoria del Levante en LaLiga en casa del Eibar (0-1, con gol de De Frutos en Ipurua). Más de ocho meses, 273 días de espera y 27 jornadas de agonía que culminaron con un final de película en el Ciutat de València. Precisamente frente al Mallorca, equipo que precipitó el despido de Paco López, cuando los malos resultados ya suponían una losa para el equipo, pero la entidad navegaba en cierta estabilidad. No hay mejor forma de cerrar el círculo.

Por el camino, la peor racha de la historia de la competición, que quedará para los libros, tres entrenadores, sin dirección deportiva y el presidente, Quico Catalán, poniendo su cargo a disposición del levantinismo a final de temporada, a modo de resumen. Con la sensación de una improvisación constante en cuestiones de peso para el futuro del club. Lo de ayer fue un atisbo de esperanza en medio de todo el caos. Una victoria para creer en lo imposible. La primera de Alessio Lisci en la élite.

El levantinismo jugó un papel clave en la primera de las 18 finales que le restan al equipo para lograr la gesta de la permanencia días después de que una parte de la afición le cantara las cuarenta al equipo tras la dolorosa victoria ante el Villarreal. Del "Quico vete ya" que dedicó parte de los aficionados al palco, con los correspondientes pitos de las opiniones discordantes, se pasó a vivir una comunión con la grada que recordó a tiempos mejores.

Espoleados por el público de Orriols, la plantilla dio un plus cuando el partido más lo necesitaba. El gol de Roberto Soldado, su primero como granota, encendió al graderío. Pese a que los fantasmas del pasado asomaron por un momento con el inocente penalti de Róber Pier, la energía del estadio se trasladó al propio Aitor Fernández. Todos querían creer, pese a los numerosos golpes recibidos en esta larga travesía por el desierto de resultados. El éxtasis llegó con el gol de Morales. Cuando el Ciutat se vuelve loco... pasan cosas.