Resilientes en Nervión
Quique Sánchez-Flores culminó ante al Madrid una gran racha que ha sacado al Getafe de la UCI. El Sevilla de Lopetegui resiste el paso del líder a pesar de una plaga de bajas.
Quique Sánchez-Flores ha sacado de la UCI y los puestos de descenso al Getafe, que el pasado fin de semana derrotaba a todo un Real Madrid para culminar un racha de tres empates y tres victorias en Liga. ¿Culminaba? Ningún lugar más complicado que el Sánchez-Pizjuán, contra el único rival matemáticamente fiable ahora mismo de los merengues en la lucha por el título, para prolongar la gesta. Y para que en lugar de Getafe a este equipo haya que empezar a llamarle ‘Gestafe’.
Sólo el feo borrón copero (5-0) ante el Atlético Baleares empaña algo la trayectoria de Quique en el lugar donde entrena por tercera vez y donde comenzó, allá por 2005, una extensa carrera en los banquillos. Prácticamente coetáneo como futbolista y técnico triunfa en Sevilla Julen Lopetegui desde hace más de dos temporadas.
Nervión sobrevive de momento a una plaga de bajas y el guipuzcoano sonríe con el gesto torcido por no tener aún a los refuerzos para una plantilla diezmada hasta el extremo, con varios lesionados de larga duración, tres en la Copa África y algunos más tocados por un calendario que no perdona y en que lo juegan todo casi los mismos. Julen tirará hoy casi de lo que tiene, un once parecido al que pasó en Zaragoza a octavos de Copa, torneo en el que tampoco podrá rotar porque dentro de seis días le llega un derbi ante el Betis.
No tiene tantas ausencias el Getafe, pero son sensibles. Arambarri y Olivera se lo pierden por sanción. Dos fijos que aportan competitividad. Florentino será el mediocentro posicional y el carril izquierdo lo ocupará seguramente Jonathan Silva, que no ha acabado de cuajar y afronta una prueba de lujo. El Getafe ha pasado de una situación extrema a una tranquilidad relativa, porque su entrenador parece haber dado con la tecla sobre todo en la parte defensiva, con apenas un gol en contra en los seis últimos partidos de Liga. El Sevilla resiste sin tiempo para lamerse las heridas: no puede fallar si quiere seguir soñando.