Banquillo preocupante
Valverde, Hazard, Marcelo y hasta Lunin acrecientan las dudas sobre si Ancelotti, que no mira a la cantera, tiene fondo de armario. El belga ni chutó ante un Primera RFEF...
El 2022 ha empezado para el Real Madrid agitado. Agitado en Getafe, por momentos superado en Alcoy y con la constatación de que cuando se pedían nuevas caras desde el banquillo faltaba que esos relevos, los otros, cumplieran su parte del trato. El partido contra el Alcoyano ejerció en buen tramo del mismo como extensión de “las vacaciones” a las que aludía su entrenador. Pecado extra para jugadores como Valverde, Hazard y Marcelo, que fueron novedades con respecto al Coliseum y que tienen a sus pares (Modric y Kroos, Vinicius y Mendy, respectivamente) muy por delante. El resultado fue ver otra vez a Ancelotti en combustión.
El transalpino dejó momentos en El Collao donde no se apañaba bien para mascar chicle y abroncar a sus jugadores al mismo tiempo, todo ello ‘atrapado’ por la mascarilla. Valverde no lograba imponer el tempo de Kroos ni el avance de Modric. Isco sólo salió en la foto del partido gracias a la ayuda de José Juan y Camavinga es otro perfil. Inesperadamente, se le ha abierto a Ceballos la situación perfecta para inocular su fútbol aflamencado en este Madrid en el que la troika de la medular pide algún relevista.
Tendrá que venir de Ceballos, porque Ancelotti no mira arriba ni tampoco mira abajo, mira al pasado. El glorioso pleistoceno, el de futbolistas como Marcelo (el 1-1 llegó, otra vez, por su banda), frena el prometedor futuro, el de Miguel Gutiérrez, que ni viajó. Un Hazard que se ofrece pero huye de disparar a portería (ni un chut contra un rival de Primera RFEF) en vez de acudir al descaro de Peter. Rafa Marín tampoco mereció ni un minuto. Salvo que aparezca un inesperado meteorito futbolístico, la cantera madridista está condenada a no tener credibilidad fuera de Valdebebas. Carletto se está convirtiendo, consciente o inconscientemente, en un negacionista del relevo generacional.
Lunin y sus carencias con los pies
En la portería ese relevo está descartado por el propio entrenador madridista aunque sea solo para la Copa. Ancelotti se niega a asegurarle esa competición al completo a Lunin y el ucranio tampoco le cuestiona. Su juego con el pie es más que preocupante: falló 17 de sus 23 pases. Inaudito.
Ancelotti prometió que no habría Alcoyanazo II (“Nos lo vamos a tomar en serio”) y así fue, pero con un asterisco al lado del resultado. En un enero tan cargado como se le presenta al Madrid, el fondo de armario sí sigue de vacaciones.