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COPA DEL REY | PONFERRADINA 1 (1) - ESPANYOL 1 (3)

Diego López, rey de la baraja

El portero destronó en la tanda de penaltis como héroe de la Copa a otro veterano, Yuri, artífice de un polémico empate. Pedrosa había avanzado al Espanyol en el 4'.

Diego López, portero del Espanyol.
Carlos MiraRCDE

Quiso el Espanyol resolver por la vía rápida su pase a octavos ante la Ponferradina, y se topó con el dicho. Vísteme despacio que tengo prisa. Lo tuvo hecho desde el minuto 4, con un gol de Pedrosa, y hasta el 88’, cuando un controvertido penalti señalado por Del Cerro Grande agigantó la leyenda de Yuri en El Toralín, sostenida en la prórroga por un atinado Sergi Puig y resuelto en la tanda por el otro guardameta, Diego López, quien detuvo hasta dos penas máximas para dar a los pericos el pase a octavos de la Copa del Rey.

Contra todo pronóstico, e incluso propiciando que Oier quemara sus alas antes de retomar el vuelo, entró con todo Vicente Moreno. En realidad, razones no le faltaban. Porque había avisado que no se fiaba de la Ponfe. Porque en Palencia, en la anterior eliminatoria, el plan A ya tuvo que salir al rescate del plan B. Y porque se lo permitía un calendario que no sitúa el próximo partido, ante el Elche en LaLiga, hasta el próximo lunes.

Titulares todos de Diego López a Raúl de Tomás, fue el ‘pichichi’ quien de reojo esperó la incorporación de Pedrosa para cederle el balón y dejar que el lateral, uno de los puntales de la gran primera vuelta liguera, anotase el 0-1 a los cuatro minutos.

Iba a por faena el Espanyol, sí, pero no se amedrentaba una Ponferradina que, salvo en la meta, también tiró de habituales. Y con los sancionados Naranjo, Espiau y Copete. El duelo más repetido en el primer tiempo fue el de los 79 años, los que suman Yuri y Diego, con quien se topó el brasileño. Aunque, para golpe con el gallego, el de Sergi Enrich, que precipitó su sustitución.

Lejos de acusarlo, la entrada de Ojeda le dio otro aire a la Deportiva, que en la reanudación se envalentonó. Con un rechace que Paul Anton pudo convertir en oro. Con un disparo de Cristian desde la frontal. Y con dos ocasiones seguidas a la hora de partido, de Espiau y de Naranjo, que exigieron a un inspirado Diego López. Acometidas que abrieron espacios para Puado y Raúl de Tomás, primero, y después para Jofre.

Pero no había dicho su última palabra ni mucho menos la Ponferradina, como tampoco Del Cerro Grande, que se reencontraba con el Espanyol tras aquel polémico arbitraje en el Camp Nou, con un discutido penalti que dio el triunfo al Barcelona. Esta vez, sin ayuda del VAR, también decretó una pena máxima, igualmente controvertida, porque el agarrón de Sergi Gómez a Yuri era cuestionable y porque el brasileño partía del fuera de juego.

No falló Yuri en el 88’ para anotar el empate, como tampoco en el añadido para evitar el 1-2 del Espanyol, de Dimata en un cabezazo, sobre la misma línea de gol. El belga, revulsivo, no pudo emular su gol a los 10,2 segundos en El Toralín de mayo, pero sí intentó decantar la eliminatoria en la prórroga. Y se topó con Sergi Puig. Igual que Jofre.

Así, hasta la tanda de penaltis. Con Diego providencial ante Zalazar y Saverio, mientras los lanzadores pericos no fallaron. Sin premio para la Ponferradina en el año de su centenario. Con el primer pase a octavos en siete años para el Espanyol.