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ESPANYOL

Tamudo, sobre Flores: "Apostó a muerte por mí, mi vida cambió"

Espanyol TV repasa la trayectoria de Paco Flores, entrenador perico en varias etapas hace ya dos décadas, con la participación de su hijo futbolístico.

Tamudo y Flores, en 2002.
JUAN GARCIA CRUZ

Paco Flores fue el bombero del Espanyol que cambió Sarrià por Montjuïc. Se estrenó en la jornada 29 del curso 1996-97. Conocedor del fútbol base, le dio la confianza a Raúl Tamudo para estrenarse con gol en Hércules y dirigió el último encuentro perico en el viejo e inolvidable estadio. Lo requirió el club en más ocasiones. Una de ellas para obtener el tercer título en la historia del club, la Copa del Rey de Valencia, del año 2000.

El entrenador pasó por el diván motorizado de Rafa Ramos, jefe de prensa del Espanyol desde hace 25 años, quien charló con Flores, ya retirado desde su última experiencia en el Nàstic de Tarragona en 2006. Cuando era niño, a este hijo de aragoneses que estudiaba en la Salle Bonanova le sedujo el Espanyol. "Mi padre me llevaba a Sarrià a ver el Zaragoza. Pero me encariño con el Espanyol y en el colegio me causo serios problemas. Me peleaba. La única posibilidad era ser buena gente, el 98% de los niños eran culés. A mi no me podían pisar", comentó Flores, persona de carácter.

La explicación de su militarismo perico es lógica. Flores se quedó impresionado con la afición del Espanyol. "¿Cómo es posible que la afición llene el campo si nunca ganan nada?", se preguntó. Esa misma afición que llenó los aledaños de Mestalla en la Copa del Rey del 2000. Hacía 60 años que el equipo perico no levantaba un título ("cuando giró el autobús y vimos a la gente nos quedamos impresionados. Había que ganar por ellos") y, con ese gol de pillo de Raúl Tamudo, el conjunto perico ganó al Atlético de Madrid y levantó el trofeo.

Paco Flores.
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Paco Flores.JORDI ALEMANY

Un técnico valiente que apostó por la cantera

Pero Flores fue un técnico valiente, que apostó por los canteranos. Su filial estuvo a punto de ganar la Copa Intertoto, perdió ante el Valencia en la final con "un Montjuïc con 30.000 personas y unos jugadores que demostraron que merecían estar en Primera". Uno de ellos Tamudo, su hijo futbolístico, que debutó en 1997 y después se convirtió en el hijo futbolístico de Flores y en el máximo goleador en LaLiga de la historia blanquiazul. "Paco apostó a muerte por mí. Mi vida cambió por él", sintetizó Tamudo, que bromeó con su ex entrenador.

En un ámbiente distenido, Flores sacó su lado más gracioso y sarcástico. "Dónde iba, llegaba la lluvia", dijo como presentación, para después recordar momentos divertidos como el de la estadía en Pals en su primer año con el primer equipo, cuando debía salvar la categoría y todos los jugadores, incluido los extranjeros, entonaron el Soy Minero de Antonio Molina a su llegada a la ciudad gerundense. "Ahí vi que nos salvábamos. Siempre había que ser positivos".

También recordó con Tamudo algunas batallitas de sus años en el filial, cuando el delantero, de apenas 17 años, le "vaciló" al contestarle en un roto "¿qué pasa nen?" y el técnico envió a correr a todo el equipo. Años después, Tamudo le pidió la camiseta al futbolista Pasanen del Werder Bremen y se la regaló a Flores. Un detalle entre dos históricos del Espanyol que, por suerte perico, coincidieron como entrenador y jugador en el mismo momentos.