NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

INGLATERRA

Abramóvich se hace portugués

El multimillonario ruso, propietario del Chelsea, había conseguido la nacionalidad portuguesa por una ley que ofrecía la naturalización a los descendientes de judíos sefardíes.

Actualizado a
Abramóvich.
Suzanne PlunkettREUTERS

El multimillonario propietario del Chelsea, Roman Abramóvich, se convirtió en ciudadano portugués y agregó el pasaporte del país miembro de la Unión Europea a los de Rusia e Israel.

Un portavoz de Abramóvich confirmó una información del periódico portugués Publico, que citaba documentos del Ministerio de Justicia que decían que al empresario de origen ruso se le había otorgado la ciudadanía portuguesa el 30 de abril.

El caso de Abramovich se basó en una ley portuguesa que ofrecía la naturalización a los descendientes de judíos sefardíes que fueron expulsados de la península ibérica durante la Inquisición medieval, dijo el periódico.

A miles de judíos israelíes se les ha concedido la ciudadanía portuguesa desde que se aprobó la ley en 2015. El número de solicitudes de este tipo ha aumentado en Portugal desde que España finalizó una oferta de ciudadanía similar a los judíos sefardíes en 2019.

Las genealogías de los solicitantes son examinadas por expertos que también buscan evidencia de interés en la cultura sefardí.

Abramóvich ha donado dinero a proyectos que honran el legado de los judíos sefardíes portugueses en la ciudad alemana de Hamburgo, según el portal de información de la Comunidad Judía de Oporto Mazal.

Hay poca historia conocida de los judíos sefardíes en Rusia, aunque Abramóvich es un apellido común de origen judío asquenazí.

Abramovich hizo su fortuna en la industria petrolera de Rusia en la década de 1990 y compró el Chelsea en 2003. Se desempeñó como gobernador regional en Rusia de 2000 a 2008 y obtuvo la ciudadanía israelí en 2018.

Alrededor de 300.000 judíos vivían en España cuando, en 1492, los monarcas Isabel y Fernando les ordenaron a ellos y a los musulmanes del país que se convirtieran al catolicismo o se marcharan. Decenas de miles huyeron a Portugal, solo para ser perseguidos allí o expulsados en 1496.