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CHINA

La Superliga china es una pesadilla: de salarios gigantes a la bancarrota

La burbuja estalló en China. 12 de los 16 equipos no están al corriente de pagos. Las estrellas se marcharon y los grandes salarios a espuertas se terminaron.

El Jiangsu Suning ganó en noviembre de 2020 la Superliga china y ha desparecido.
STRAFP

La burbuja estalló en el fútbol chino y no solamente por la pandemia. Las estrellas se han ido marchando y ya casi no quedan aquellos reclamos que hará unos diez años convirtieron a la Superliga China en un paraíso de salarios a espuertas para los futbolistas foráneos. Hulk evidencia la tendencia. El brasileño sorprendió a Europa cuando prefirió en 2016 dejar el Zenit en uno de los mejores momentos de su carrera para enrolarse en el Shanghai SIPG. Por entonces China quería situar a su liga como una superpotencia y lo hacía a golpe de talonario para tentar a estrellas o jugadores de cierto recorrido en el fútbol europeo. Estos se mudaban al calor de un sueldo que multiplicaba el que percibían en sus clubes de procedencia.

Pero poco a poco la crisis se fue comiendo esas aspiraciones, incluso desde antes de la pandemia. Los clubes de la Superliga, son grandes firmas detrás, habían gastado cantidades ingentes de dinero para atraer a esos jugadores que brillaban en Europa. Pero eso se ha acabado. El sitio especializado en China Sixth Tone expone la situación actual, calificando a la Superliga de "pesadilla" ya que 12 de los 16 equipos que la componen no están al corriente de pago con sus jugadores. Y eso que antes las estrellas ya habían ido dejando. La crisis del Guangzhou Evergrande resumía todo a principios de temporada.

El ganador de de ocho ligas de la última década se iba al garete después de que la immobiliaria que soportaba el músculo financiero del club arrojara deudas por valor de 300 millones de dólares. Antes había firmado sin miramientos a jugadores como Jackson Martínez o Paulinho. Pero en 2017 el club empezó a ir a la deriva hasta acumular un déficit de 270 millones. O qué decir del Jiangsu, el último campeón, que anunció el cese de operaciones. "Los clubes ya estaban sufriendo pérdidas deslumbrantes antes de la pandemia. Desde que llegó el COVID-19, sus finanzas habían caído en picado. La liga regresó después de una pausa de cuatro meses el fin de semana pasado, pero la acción se ha visto ensombrecida por la caída sin freno. La situación es terrible, y el futuro de casi todos los clubes está en peligro", se explica en un amplio reportaje en Sixt Tone.

Únicamente, Óscar, Fellaini o Quintero quedan como remanentes de la época dorada en una liga que agoniza comparándolo con los estándares anteriores. Los patrocinios y los derechos de retransmisión se han desplomado y se piden todavía nuevos recortes para sobrevivir. Los gigantes inmoviliarios que estaban detrás de muchos de los clubes están en incumplimiento de pagos o en maniobras para refinanciar sus enormes deudas. Los clubes de fútbol, su antiguo juguete con el que exhibían músculo, ya les sobra. Gigantes como China Evergrande Group y Kaisa Group están agobiados. Hay negocaciones en china con las regiones para que los equipos sean puestos bajo control estatal. El paraíso chino se terminó en el fútbol y ahora habrá que ver qué se lleva por delante.