La Europa League: ¿ocasión histórica o dolor de cabeza?
El Sevilla cae a su competición fetiche tras su eliminación de la Champions, pero será el rival a batir y la final se jugará en su estadio
Casi que ni se había consumado la eliminación del Sevilla de la Liga de Campeones en Salzburgo cuando los más optimistas ya empezaron a soñar con el séptimo título de la Europa League, competición que los de Lopetegui comenzarán a disputar en febrero. Y es lógico que haya aficionados que piensen así, puesto que su equipo es el más laureado del torneo y, a buen seguro, uno de los principales rivales a evitar en el sorteo del próximo lunes.
Por si fuera poco, la final se disputará en el Ramón Sánchez Pizjuán el próximo 18 de mayo. Todo apunta a una oportunidad para seguir haciendo historia en la segunda competición continental. Pero nada es tan sencillo y al igual que hay optimistas, hay quien ve en la disputa de la Europa League más problemas que otra cosa.
Y es que ser el rival a batir añade más presión si cabe a los de Lopetegui. Más aún tras un fracaso estrepitoso en un grupo de la Liga de Campeones que, sobre el papel, debería haber superado sin demasiadas dificultades. No fue así y la historia tampoco es demasiado halagüeña con los equipos que son los anfitriones de la final.
Tampoco se le escapa a nadie que el Betis es uno de los rivales que pueden cruzarse en el camino de los de Nervión. No será en la eliminatoria previa a los octavos, puesto que las normas de la competición lo evitan. Pero el camino hasta una final es largo y lleno de trampas. Y un derbi sería la mayor de ellas.