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El Leganés de Nafti se deshace sin sus pilares en la medular

La goleada de Girona deja al descubierto la importancia que tiene en este equipo jugadores como Recio o Pardo, ausentes por COVID. Pendientes de su vuelta.

El Leganés de Nafti se deshace sin sus pilares en la medular
EDDY KELELEDIARIO AS

El Leganés cayó en Girona el pasado lunes en la mayor goleada de la era Nafti (3-0) con muchos ingredientes interfiriendo en lo abultado del marcador. En el vestuario señalan el penalti no señalado a Randjelovic como uno de los principales argumentos. Por el cuándo (45’), por lo evidente de la falta de Jairo y porque apenas minuto y medio después (más allá del tiempo que se debería haber añadido) llegó el 2-0 como mazazo definitivo para el equipo blanquiazul. Pero más allá de la polémica está el análisis deportivo. Y ahí las miradas se centran en las bajas. Sin Rubén Pardo y, sobre todo, José Recio, el equipo blanquiazul perdió el temple en la medular y ese criterio de juego con iniciativa que le había permitido blindarse hasta entonces para encajar sólo un gol en jugada en los cinco duelos anteriores.

¿Significa eso que el Leganés no supo tener la pelota? No. Al contrario, el porcentaje de acierto en el pase rondó el 85% como uno de los más altos del curso para el Leganés, que con una posesión del 51%, tuvo más la bola que su rival. Sucede, sin embargo, que los mejores partidos de la era Nafti han resultado victorias tras no tener la pelota más que el rival. Bajo el mando de Recio (la pausa) y Pardo (la profundidad), el equipo sabía maridar la posesión justa con ataques más eficaces y directos. Amén del peligro que siempre conlleva Pardo en el balón parado. Así se desplegó en algunos tramos de la primera parte, con la diferencia de que hubo pérdidas de balón que con otra medular habría sido difícil de imaginar.

A ello hay que añadir que Nafti tiró de valentía para usar a Juan Muñoz (delantero) en la medular, lo que distorsionó los planes de un técnico que aún incluso con Fede Vico sano, ya había empezado a apostar por un 4-1-4-1 plagado de centrocampistas como fórmula para encontrar el equilibrio en el equipo. La baja del cordobés, de Vico, también se dejó notar en Girona y será otro de los retos para Nafti de ahora en adelante. Con la baja garantizada para todo el curso (está por ver si incluso se le da la baja federativa) el Leganés necesita encontrar un jugador que haga de líder y pegamento entre la delantera y el medio campo. El 21 era la figura ideal para ese rol tan complejo.

El caso es que ahora el entrenador franco-tunecino deberá buscar una fórmula para taponar la herida medular siempre y cuando alguno de sus mediocampistas afectados por COVID no esté disponible para recibir el domingo a la Ponferradina (Butarque, 14:00). La posible presencia de Doukouré, Eraso o incluso el canterano Cissé podría ser vía para arreglar el problema que la goleada de Girona dejó al descubierto.