Una ciudad confinada y un estadio prácticamente vacío
Salzburgo, el viaje más atractivo sobre el papel de la fase de grupos del Sevilla, se ha convertido en un regreso al pasado por culpa de la pandemia. El estadio del estará casi vacío.
La llegada del Sevilla a Salzburgo fue un regreso al pasado en toda regla. Para empezar, un aeropuerto fantasma, por cuyos pasillos sólo se podia ver a empleados, policías y a los miembros de la expedición sevillista. A continuación, una ciudad confinada, con la casi totalidad de sus negocios cerrados pero, paradójicamente, con las calles con el tránsito normal de personas y muy pocas mascarillas. La tercera parte de esta especie de vuelta a 2020 se vivirá esta noche en un estadio del Red Bull que estará prácticamente vacío.
Tanto es así que el acceso estará más que controlado hasta para la representación oficial y trabajadores del propio Sevilla, ya que no todos podrán presenciar el partido en las gradas. De hecho, los miembros del equipo juvenil que juegan al mediodía su partido de la Youth League, en principio, no podrán acceder al estadio para ver la final del primer equipo. Los medios de comunicación tenían sus pupitres asignados desde ayer y el aviso de que la movilidad durante el partido estará más que controlada. Salzburgo era el viaje más atractivo de la fase de grupos y ha pasado a ser el más extraño y difícil.