GRUPO B | OPORTO - ATLÉTICO DE MADRID
Oporto ya sufrió a otro Llorente
Paco, padre de Marcos, brilló allí con el Madrid en la Copa de Europa 1987-88. Entró tras el descanso y con sus regates desarboló al campeón y dio dos asistencias a Míchel.
Marcos Llorente se juega mucho esta noche ante el Oporto, equipo del que habrá oído hablar muchas veces a su padre. En su casa, y también en Copa de Europa, cuajó Paco una de sus exhibiciones más impactantes. Era la temporada 87-88 y Llorente puso patas arriba Das Antas, el estadio de los dragones entonces, con dos acciones que, a su manera, podría intentar hoy Marcos en Do Dragao. Eso sí, Paco lo consiguió de blanco, como jugador del Real Madrid.
Aquella cita fue el 4 de noviembre de 1987, octavos de final. Al equipo de Beenhakker le había caído en suerte el Oporto, vigente campeón de Europa, y en la ida, jugada en Valencia por sanción, los blancos se habían impuesto 2-1. Y en la vuelta, el partido se puso cuesta arriba: al descanso ganaba el Oporto 1-0. Así que en el descanso el técnico neerlandés optó por dar entrada a Llorente para la banda izquierda. Y el futbolista, que tenía 22 años, dinamitó el encuentro con su desborde y su potencia.
En el minuto 55, el primer golpe. Llorente entró lanzado por la izquierda, rompió a su marcador con una bicicleta y sirvió al punto de penalti para que Míchel fusilara: 1-1. En el minuto 71 lo hizo más bonito aún. El extremo se escapó de tres rivales junto a la banda, llegó a la línea de fondo y de nuevo servicio atrás para que Míchel hiciera doblete. "Todo el mérito es de Paco, ha hecho dos jugadas tremendas, al estilo de su tío, Gento", reconoció aquella noche el bigoleador, recordando que Llorente es uno más de la saga de Paco Gento, el futbolista que más Copas de Europa tiene en su palmarés aún hoy (seis). Y Grosso, otra leyenda blanca, era su suegro (y abuelo de Marcos).
Aquella noche en Das Antas fue célebre para Llorente, quizá a la altura de la de su hijo Marcos en 2020, cuando entró en Anfield para hundir al Liverpool, también entonces el campeón continental, con dos goles.
El cruce de caminos de los Llorente
Otro nexo entre Paco y Marcos, padre e hijo, es que ambos han vestido las camisetas del Madrid y del Atlético. Eso sí, los caminos han sido inversos y bien diferentes. El hoy rojiblanco saltó desde el Bernabéu porque allí no contaba con los minutos que deseaba, pero lo de Paco fue mucho más polémico.
Luis Aragonés lo hizo debutar con el Atleti en la 85-86 y en la siguiente campaña, Llorente explotó. Mendoza se lanzó a por él y consiguió ficharlo porque Paco aplicó de forma pionera el Decreto 1006, que permitía la rescisión unilateral de los contratos a cambio de una indemnización, en este caso de 50 millones de pesetas (unos 300.000 euros). Aquel caso hizo explotar la función de las cláusulas de rescisión, hasta el momento algo desconocido.