Miku: “Hace unos años no me iba contento a casa si yo no marcaba, ahora disfruto”
Miku, titular indiscutible y máximo goleador del Deportivo con seis tantos, habla con As del objetivo del ascenso, su buen momento y los retos futuros.
Nicolás Ladislao Fedor Flores, Miku, (Caracas, Venezuela, 1985) está viviendo una segunda juventud en el Deportivo. A sus 36 años, el delantero venezolano es el pichichi del equipo y está firmando unos registros goleadores comparables a sus mejores épocas. Titular en todos los partidos del equipo blanquiazul, analiza con AS el liderato del Depor, la obligación de seguir creciendo como equipo, la unión en el vestuario, su buen momento de forma, la evolución como jugador y su futuro.
Se le ve muy tapado, llegó el frío…
Sí, sí, llegó. Hay que adaptarse a estas condiciones y cuidarse. La verdad es que llevamos un tiempo largo cuidándonos de todo.
El que no está frío es el Deportivo.
El equipo ha ido creciendo, aunque creo que es mejorable en muchos aspectos. Hay cosas que seguimos haciendo muy mal. Las cosas que hacemos bien, gracias a Dios, nos sirven para ganar, pero hay muchas cosas que podemos mejorar. Estamos en buena dinámica, es cierto, pero el equipo no ha dado aún el ciento por ciento de lo que realmente puede. Hay que seguir trabajando para buscar esa mejora.
¿Qué es lo que hacen tan mal?
A veces no hacemos bien la presión, no medimos bien las distancias. Ante el Majadahonda robamos mucho arriba, pero no fuimos capaces de acabar esas transiciones haciendo trabajar al portero rival. En el segundo tiempo, que no tocó defender más, ralentizamos mucho y no acabó en nada productivo. En centros laterales hay que mejorar y los delanteros debemos ser más precisos en nuestras ocasiones. Obviamente estamos ganado los partidos, pero… Cuando nos adelantamos, tenemos que buscar ese segundo gol que nos dé una tranquilidad todavía mayor. Hay muchas que podemos mejorar.
Se le ve más exigente con el equipo que el propio Borja Jiménez.
Él es exigente de puertas para dentro, sabe medir eso muy bien. Nos aprieta y nos exige mucho, como tiene que ser. De cara a fuera da la visión que considera.
¿Cree que el equipo dio un paso adelante en control del juego ante el Rayo Majadahonda?
Sí. Esa es una de las cosas que no hacíamos tan bien y que hemos sido capaces de mejorar. Mejorar ese manejo de los minutos finales cuando estamos por delante en el marcador. De lograr que el partido entre en una fase en al que parece que no pasa nada. Aunque estemos defendiendo la sensación no es que no nos van a hacer gol, que el equipo tiene controlada la situación en todo momento.
Llegados a este tercio de temporada el equipo es líder con tres puntos de ventaja y el playoff a ocho de distancia. No está mal.
No. Creo que es un reflejo de lo que el equipo ha hecho en este tercio de liga. Pero es eso, un tercio, lo que significa que faltan dos tercios. Queda mucha tela por cortar. Hay que estar contentos con lo que hemos hecho hasta ahora, pero sin relajar y sabiendo que podemos mejorar. Ni el entrenador ni nosotros mismos vamos a pensar que tenemos la tarea hecha.
Ahora vuelven a Riazor después del partido no jugado ante el Extremadura y espera un Bilbao Athletic en descenso…
Todos los rivales son difíciles. Ten en cuenta que estos chicos están en una cantera en la que tienen la puerta del primer equipo a la vuelta de la esquina. Es un club con una filosofía diferente al resto que se nutre de su filial. Esos chicos tienen que estar al ciento por ciento porque saben que en cualquier momento pueden subir. Eso y no olvidar que este equipo hizo el año pasado playoff para subir.
La hoja de servicios, salvo el empate de la SD Logroñés, es casi impoluta.
Creo que Riazor es una de nuestras fortalezas. Es un estadio de Primera y con público de Primera. Veo campos de LaLiga en que no tienen ni la mitad que el nuestro. El máximo rival de la Comunidad no llega a la mitad tampoco. Esto habla de un club con una envergadura importante. A nosotros nos da motivación y seguridad, mientras que al rival lo pone en un aprieto, incómodo de venir aquí.
Fuera han jugado ya contra los de más arriba con buenos resultados. Lo más complicado que queda para acabar la primera vuelta es Ferrol y la Cultural…
No estamos mirando más allá. Este año el formato es diferente al pasado y lo que te da de comer es el siguiente partido. Si vienes de perder y ganas, te sube el ánimo; si te pasa lo contrario, al revés. Nuestro objetivo debe ser el siguiente domingo. Descansar, entrenar, competir y ganar. El lunes vemos el parte de caídos, los golpes… y el miércoles vuelta a empezar. Hay que centrarse en el rival inmediato. No podemos cometer el error de no ver la piedra que tenemos delante y mirar al oro que espera más adelante.
En lo personal, supongo que contento. Titular en todos los partidos y seis goles, decisivos prácticamente todos.
Me decían hace un par de semanas que si me marco un número de goles, que si el pichichi… Yo lo que quiero es ayudar. Hacer goles es importante, sobre todo si es trascendental para el equipo. Esos son los goles que importan; eso sí me refuerza mucho. Ojalá pueda meter los tres últimos de un partido, claro, pero si es de uno en uno no tengo problema si valen para sumar puntos.
Sus dos temporadas en el Deportivo tiene dos etapas muy claras. Una hasta el partido de Barreiro con el Celta B, donde marcó sus primeros goles, y otra desde entonces hasta ahora.
Siempre he tenido confianza en mí, eso nunca me ha abandonado. Ni cuando jugaba en Primera ni ahora. Siempre confié mucho en mis posibilidades y sé que el aspecto físico es muy importante en mi juego. Cuando estoy en una buena forma, como ahora, y con una pretemporada encima, sé que puedo sacar mi mejor versión. No es un secreto que el año pasado las lesiones me lastraron mucho. Tuve una triple recaída y me tocó jugar algún partido lesionado, roto, por exigencias de lo que había en juego. Pero eso quedó atrás. Ahora estoy en un buen momento y toca disfrutarlo y vivirlo con alegría.
Fuera de peleas por el pichichi, en lo personal está igualando los mejores momentos registros de su carrera…
No sé, sé que estoy contento. Es muy importante disfrutar. Cuando miro hacia atrás mi carrera en otras categorías, el nivel de responsabilidad y presión era gigantesco. Aquí también la hay porque hay un objetivo muy importante, sobre todo para el club por el aspecto financiero y su viabilidad. Realmente el que ha cambiado he sido yo. He crecido a nivel mental y cultural. Ahora veo la vida desde otra perspectiva. Ahora tengo la responsabilidad, pero disfruto. Ahora sé manejar la presión, algo que antes no manejaba. Hubo partidos este año que no he hecho gol, casi ni he participado y me ido a casa igual de contento que si marcase. Antes, eso no me pasaba, no me iba contento si yo no marcaba. Con el paso del tiempo uno va cogiendo cositas de compañeros, entrenadores, vivencias… todo eso hace que ahora disfrute.
Se le ve siempre contento y bromeando con sus compañeros. ¿Esa alegría diaria le acerca al gol?
El buen ambiente dentro del camerino se traslada al campo. Que lo haya en los entrenamientos, los viajes, ir a comer o cenar fuera del fútbol… Todo eso crea un clima que cuando llega el momento de rendir en el campo todos damos el tope de nuestras posibilidades, o más. Primero hay que ser equipo en el camerino y luego, serlo fuera. Eso es lo que estamos demostrando. Este último fin de semana un compañero no pudo jugar por fiebre, salió otro y respondió. El nivel del equipo no decae cuando entran los que empiezan de suplentes. Ese trabajo semanal lleva a que el entrenador se plantee cambios. Ha hecho muchos en la parte de arriba o en el medio y el equipo sigue respondiendo igual. Eso habla de un equipo formado, consolidado, en el que el buen ambiente es la clave.
Muchos cambios arriba, pero usted ha sido siempre titular…
Ya me llegará, no te preocupes (risas…). El fútbol me ha enseñado que nunca puedes confiarte. Lo importante es que todos estamos convencidos de lo que hacemos. Si no juego yo y lo hace Noel, seguro que tendrá sus oportunidades de gol. Ya lo ha demostrado. Y si lo hace Quiles, igual. Y si un día nos pone a los tres, habrá más oportunidades de gol (risas…). Todos confiamos en las posibilidades de nuestros compañeros. Existe una sana competencia, que es muy necesaria para que un equipo crezca.
Supongo que el mañana lo visualiza con un ascenso a Segunda. Pero ¿cómo ve el pasado mañana de Miku?
¿El pasado mañana? Ni lo veo (risas…). El fútbol me ha enseñado que nada está escrito. Yo estoy muy contento aquí. Disfrutando, viviendo el momento y con un objetivo muy claro.
Usted acaba contrato en junio, algo que le sucede a varios compañeros más. ¿Cree que esa incertidumbre sobre el futuro puede ser un elemento que despiste a más de uno a partir de enero?
Obviamente a todos nos preocupa nuestra situación laboral. Lo que pasa es que el objetivo que tenemos marcado este año es tan bonito que sería un error en estar pensando que si la temporada que viene… No, no. Pase lo que pase, si logramos el objetivo, tú vas a poder decir con orgullo que has sido parte de esto. Luego ya Dios pondrá el camino que tenga que poner. Mi sensación es que todos los jugadores, con independencia de su situación personal, están muy enfocados en conseguir el objetivo, para eso están aquí.