Los fusiles de Nafti disparan mejor
Los cuatro partidos que ha dirigido el franco-tunecino se cuelan entre los cinco primeros del Leganés en cuanto a puntería de esta temporada. Su discurso ayuda a mejorar el tino.
El Leganés de Mehdi Nafti tira menos a portería que el de su antecesor, Asier Garitano, pero lo hace con una notable mejoría en la puntería, tanto de remates entre palos como de capacidad para convertir esos remates en goles. De hecho, los cuatro partidos que ha dirigido el técnico franco-tunecino a los pepineros ya se han colado entre los cinco encuentros con más puntería del Lega en lo que llevamos de curso. Sólo el empate a tres contra el Alcorcón en Santo Domingo mejora estos números para los pepineros.
En aquella ocasión, el 68,75% de los 16 remates que hizo el Lega fueron entre palos. Es el único duelo de la era Garitano que alcanzó mejores cotas de puntería que los cuatro que ha dirigido Nafti. Le siguen el Zaragoza – Leganés (66,67%), el Leganés – Cartagena (60%), el Huesca – Leganés (60%) y el Leganés – Oviedo (46,67%).
Pocos tiros, muchos goles
En lo que se refiere a tasa de conversión, es decir, el porcentaje de número de tiros entre palos que ha acabado en gol, los dos triunfos de Nafti también representan los dos encuentros en los que el Leganés estuvo más atinado. Ante el Huesca el 40% de los remates terminaron entrando en la portería (dos goles) y ante el Zaragoza, el 20% (otros dos goles). Curioso porque precisamente en ambos encuentros en Leganés tiró poco, muy poco. Apenas cinco veces ante el Huesca y Seis ante el Zaragoza. La efectividad elevada a la enésima potencia.
Y todo después de que el Leganés también protagonizara con Nafti algún recital de impotencia. Porque ante el Cartagena y, sobre todo, ante el Oviedo (llamativo, ambos en Butarque) el Leganés precisamente adoleció de precisión, pese a rematar mucho. Precisamente el choque contra los asturianos es el tercero en el que el Leganés más ha disparado de todo el curso (15 veces) y sin embargo salió sin un solo gol. Una jornada más tarde se desbocó la efectividad en La Romareda.
El discurso como ayuda
Los motivos serán seguramente variados: desde la diferencia del rival, hasta las diferencias en las ocasiones creadas pasando por el factor suerte o los autores de esas ocasiones. Sucede, sin embargo, que en Butarque creen que el discurso de Nafti es otro factor relevante para explicar la variación de tendencia. El técnico huye de mensajes excesivamente exigentes y, a los delanteros, les deja tranquilos cuando fallan ocasiones.
“Yo jamás criticaré a un delantero por fallar un gol. Meter un gol es muy complicado. Yo era incapaz de marcar un gol. (…) ¿Qué le va a decir? ¿Métela? ¿De qué te sirve? Él lo sabe… En verdad lo que hay que hacer es restarle importancia para que no se convierta en una obsesión y un freno para los delanteros”, comentó a AS en una entrevista reciente.
El vestuario del Leganés admite que esa calma, ese temple, ayuda al jugador a estar más pausado cuando, tras fallar una ocasión, vuelve a tener otra, además de ayudar a que el jugador afectado se implique también en otras tareas sabedor de que su técnico le otorga margen de confianza para cuando llegue el momento de generar peligro.