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LAS PALMAS

Una métrica a evitar por Las Palmas

La U.D. sufrió ante el Zaragoza la tercera derrota de la temporada igualando un indicador que no se daba desde el Mirandés.

Una métrica a evitar por Las Palmas
Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

La última derrota de la U.D. ha dado cierta perspectiva de lo que el entrenador amarillo ha venido diciendo en las ruedas de prensa, “esto es muy largo y en dos partidos aciagos te vas al octavo puesto” autoimponiéndose una norma “nosotros tenemos que seguir, no tenemos que mirar la tabla”.

Sin embargo, aunque el entrenador amarillo —con dos ascensos a Primera a sus espaldas— sabe perfectamente de lo que habla, no cabe duda que como él mismo ha dicho “es mejor ir sexto que décimos, pero no te da nada”. Porque rondar los puestos altos no da certezas a final de temporada, si es cierto que aporta tranquilidad al entorno y a la propia caseta. Y así se ha vivido en la última derrota, como un tropiezo.

Un partido que no se sale de la línea que ofrecen los amarillos habitual de los amarillos, salvo un indicador importante. Los goles esperados en contra. El más alto por los grancanarios desde que echara a rodar la pelota, con un valor muy similar al que sufrió ante Mirandés, 2,050 goles esperados —en adelante, xG—. Cabe reseñar que la media de los de Pepe Mel en casa se sitúa en 1,005 xG en contra.

Indagando un poco más allá, vemos que la U.D. en casa solo recibe de media 2,5 tiros a puerta y que nunca había recibido más de cuatro tiros a puerta. Pues bien, el pasado partido ante el Zaragoza fueron siete. Escapándose de esa normalidad de los partidos que ha jugado de anfitrión.

Tirando del hilo, se observa que donde se produce la anormalidad no es en la cantidad de tiros del Zaragoza —la suma de los que van a puerta y los que se van fuera—. Y es que los aragoneses no fueron una acribilladora. Por ejemplo, la Ponferradina chutó 16 veces, el Tenerife y el Cartagena, diez —justo la media de disparos que reciben los amarillos en casa— y los aragoneses lo hicieron en 11 ocasiones. La diferencia no se fundamentó en el comportamiento del rival, sino quizá en el propio.

Lo primero sería ver el rendimiento del último de los defensas, Raúl Fernández. Ya se sabe, una mala noche puede significar una derrota, el sino que arrastran los porteros. Pero no, si bien es cierto que el meta vasco, estadísticamente bloquea el 62% de los tiros —el segundo que menos de la categoría— ante el Zaragoza bajó ligeramente sus registros, promediando un 57% de paradas— cifras similares a las que realizó ante el Ibiza, Fuenlabrada o Ponferradina. Y en estos tres encuentros —tanto en tiros recibidos como en xG en contra— no se salen de la media y el del Zaragoza sí.

Así pues, intentando descubrir qué cambió seguimos buscando pistas. Tenemos hasta este momento que: uno, el Zaragoza ha sido el equipo que más goles esperados en contra le ha generado a la U.D. en casa; dos, fue el partido que más tiros entre los tres palos le ha realizado un equipo a los canarios en casa; y tres, fue el partido que más paradas realizó Raúl.

Siguiendo con el rastro, llegamos al dato que —de forma abrumadora— rompe la tendencia de Las Palmas en casa y es que el indicador que cayó en picado fue la capacidad de la defensa de bloquear los tiros rivales. De media, los jugadores amarillos bloquean esta temporada en casa el 73% de los tiros —fuera el 71%— haciendo de último gran filtro a superar.

Sin embargo, ante el Zaragoza bajó sensiblemente esta métrica, casi 40 puntos, pasando a un 36%. Es decir, y a grosso modo, de media si de cada diez tiros que hacen los rivales de Las Palmas llegan a puerta tres por la acción de la defensa, de cada diez tiros que hizo el Zaragoza siete vieron puerta. Cifras que solo se vieron ante el Mirandés.

Un dato, que a buen seguro, los hombres de Mel trabajarán para ajustar y seguir en la buena senda que llevan. Ya entrados en el segundo tercio de la temporada, con sensaciones que no transmitían los jugadores desde hace varias temporadas.