¿Por qué el Málaga naufraga fuera de casa?
El Málaga es el peor visitante de Segunda junto con el Alcorcón. No gana fuera desde el 4 de abril. Encaja muchos goles y marca pocos. Debe mejorar.
El Málaga no gana lejos de La Rosaleda desde el 4 de abril, 0-1 en Lugo con gol de Lombán. Desde entonces el balance es desolador: 12 partidos disputados, ocho perdidos y cuatro empatados. Trataremos de analizar algunas causas por las que jugar fuera es un suplicio para el Málaga.
Muchos goles encajados, pocos anotados. El Málaga ha recibido 16 tantos en ocho salidas de esta temporada. Dos por partido. Demasiados.
No hay delanteros. Chavarría se ha vuelto a lesionar y Sekou no termina de consolidarse. Roberto está en formación y apunta alto. Si un delantero no recibe balones, mal asunto. Por eso el Málaga ya está mirando atacantes en el próximo mercado de invierno. También inquieta la debilidad ofensiva con solo seis tantos anotados.
Mal a balón parado. Entre penaltis en contra, saques de esquina y faltas laterales, cinco goles encajados. Cada vez que el Málaga debe defender una jugada de estrategia hay que echarse a temblar.
Arbitrajes poco generosos. Otro aspecto para el análisis que no debe ocultar los errores propios. Escassi fue expulsado en Gijón a los seis minutos y el Málaga no supo jugar con uno menos. Por el contra, el central del Cartagena Andújar debió ver la roja en este partido donde el Málaga encajó tres goles por un exagerado penalti pitado a Víctor Gómez y dos faltas que no eran. Pero claro. Las dos faltas de defendieron mal.
El VAR en Huesca. Todavía no nos explicamos por qué la famosa tecnología arbitral no validó el gol de Genaro con los mismos criterios del no menos recordado tanto de Mbappé a España. Dos puntos menos para los de José Alberto.
El poste de Antoñín. En Oviedo se jugó mal, pero el Málaga tuvo dos ocasiones tremendas; un centro-chut de Haitam que se estrelló en el larguero y, sobre todo, un disparo de Antoñín que dio en el palo. Del 1-2 se pasó al 2-1 de Bastón a los 89' en un suspiro. Posiblemente, tres puntos perdidos.
Desconexiones absurdas. Esto pasó en Almería. Iván Martos fue expulsado. Con un futbolista más el Málaga se fue y tiró el partido a la basura. Los partidos contra Ponferradina y Cartagena ofrecieron un Málaga absurdo y ausente.
La pregunta del millón. ¿Por qué el Málaga es fiable en La Rosaleda y penoso fuera? Queda claro que La Rosaleda es un campo que aprieta mucho y cohíbe a los adversarios y donde el Málaga se crece. Pero la mentalidad se fragiliza con el rol de visitante. Un Málaga flojo, discontinuo, frágil en el trabajo defensivo, con escasa capacidad de creación y poder realizador.
Lejos de la parte alta. La realidad es que el Málaga, con el quinto límite salarial más alto de la categoría, está en el undécimo puesto. A cinco puntos del sexto puesto que ocupa el Valladolid y seis por encima del Leganés, frontera del descenso. Avanzar a paso de tortuga aleja de la zona alta y al menor descuido… los temblores.