Osmar Ibáñez: "Me siento raro cuando regreso a España"
Osmar Ibáñez atiende a AS cuando se cumplen cinco años de la K-League que logró con FC Seoul. El cántabro ve cada vez más cerca su regreso a España.
No quedan muy lejos los años en los que Osmar Ibáñez (Santoña, 1988) paseaba el escudo del Racing de Santander por todos los estadios de Primera División. Por aquel entonces, el cántabro solo era un chaval con la ilusión de asentarse en la élite del fútbol español. Hoy, casi una década después, es una leyenda en la K-League, la máxima categoría del fútbol surcoreano. "Yéndome a Asia renuncié a mi futuro en el fútbol español. Me marché a Tailandia con un contrato de dos años, pensando en ganar algo de dinero y volver, pero me puse a ver fútbol asiático, me enteré de que había una Champions y mi mentalidad cambió: decidí intentar hacer carrera en Asia, jugar en la mejor liga y el mejor equipo posible. En España no pudo ser, pero estoy orgulloso de haber encontrado otro camino para disfrutar del fútbol", reflexiona orgulloso Osmar, que afronta el final de su séptima temporada vistiendo la camiseta de FC Seoul.
Osmar Ibáñez defiende que "los futbolistas no elegimos dónde jugar", pero no es una regla que se pueda aplicar él mismo. El de Santoña sí decidió cuál era el club en el que quería hacer carrera: "Estando en Buriram jugamos contra Seoul en la Champions de Asia. Aquel año todos los equipos a los que me enfrenté me contactaron preguntando de dónde había salido y qué contrato tenía. Todos menos uno, Seoul. Le dije a mi representante que yo quería jugar allí y me tomó por loco. En Corea no fichaban españoles y Seoul, además, era el mejor club. Me dijeron que era imposible, pero no sé ni cómo empezaron a salir las cosas y el entrenador -Choi Yong-soo-, que ya es como mi padre, me fichó y me hizo capitán. Se lo debo todo". Con él en el banquillo empezó una temporada que acabó con Seoul proclamándose campeón de la K-League tras derrotar a Jeonbuk en la última jornada. "Desde el principio ya se veía que podían pasar cosas. Si no hubiéramos cambiado de entrenador a mitad de temporada -Choi se marchó a China-, creo que también habríamos ganado la Champions".
Osmar fue importante en la última gran época de FC Seoul -ganaron FA Cup en 2015 y K-League en 2016-, por eso le está costando tanto asimilar que el club atraviese un bache del que le está costando salir. "Me crea un poco de ansiedad. Me tocó vivir lo bueno, pero ya son varios años de bajón y eso me frustra. Creo que al club le faltó ambición anteriormente, pero ahora estamos intentando remontar de nuevo", descubre tras dejar prácticamente cerrada la permanencia del equipo en K-League. Osmar es uno de los futbolistas más destacados de la Primera División surcoreana. Este curso está actuando como central izquierdo en una línea de tres, aunque le gustaría regresar al medio para tener "más impacto en los partidos". A sus 33 años, el cántabro ya le da vueltas a la posibilidad de continuar su carrera en los banquillos, aunque el futuro no le quita tanto el sueño como haber pasado tanto tiempo lejos de sus seres queridos. "Me siento raro cuando regreso a España. Tengo contacto con mis amigos, pero no me acabo de sentir conectado. Ellos quedan para ir a la playa, al monte... Yo he renunciado a todo eso. A estar con mi madre, mis tías, mi hermana, a que mi familia vea a mis hijos... Es un gran sacrificio y perderse tantas cosas empieza a pesar", desvela consciente de que su contrato vence el próximo mes de diciembre. "Ya veremos qué pasa", concluye el segundo extranjero con más partidos en la historia de la Primera División de Corea del Sur.