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MIGRANTES DEL BALÓN

Carlitos López: "En Grecia exigen desde los niños hasta los ancianos"

Con 31 años, el mediapunta alicantino asegura estar en el mejor momento de su carrera deportiva. Atiende a AS como 'Pichichi' de la Superliga griega.

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Carlitos López celebra uno de sus goles en la Superliga griega con el Panathinaikos.
Panathinaikos FCFacebook

Lleva tatuada en el muslo la palabra 'majestic' -majestuoso-, pero Carlitos López (Alicante, 1990) lo que desprende es alegría. El alicantino es un futbolista en peligro de extinción. Uno de esos mediapuntas que hacen honor al '10' que llevan en su espalda: hábil, vistoso y, sobre todo, productivo. En su segunda temporada vistiendo la camiseta del Panathinaikos, Carlitos ya suma nueve goles y dos asistencias en nueve partidos. En verano parecía tener pie y medio fuera del club ateniense, pero ahora no solo es el mejor de los 'verdes', sino que se ha erigido como uno de los futbolistas más determinantes de la Superliga griega. "Estoy en mi mejor momento", desvela un jugador que habla sin tapujos sobre un remoto regreso a casa: "Los equipos españoles no entienden que haya que pagar por un jugador español que juega fuera. ¿Vas al presidente del Panathinaikos y le dices que me regale por Navidad? Así es difícil volver a España".

¿Cómo lleva la vida de padre?

Tuve gemelas, ahí las tengo a las dos tigresas. La verdad es que lo llevo muy bien. Ya no tengo los mismos horarios que antes. Ahora mis momentos de descanso dependen de ellas, pero mi mujer me ayuda mucho con eso. Tengo suerte porque siempre busca momentos para que descanse y pueda ir bien a entrenar y a los partidos.

¿Ser padre ha cambiado su mentalidad como futbolista?

Qué buena pregunta. El sentimiento que tengo es muy difícil de explicar. La semana de entrenamientos, la concentración con el equipo y el viaje al estadio es muy diferente, porque estoy todo el rato pendiente del teléfono. Estás todo el rato pensando: 'A ver cómo está mi mujer. A ver cómo están mis hijas'. Pero cuando llego al vestuario, todo lo ajeno al fútbol se me olvida. No quiero que suene mal, pero es que tengo tantas emociones que no me da tiempo a pensar en nada que no sea el partido. Cuando meto un gol o lo que sea, ese ratito también me acuerdo. Pienso: 'Mamá les estará diciendo que papá ha marcado gol'.

¿En qué momento de su carrera está?

Me siento en el mejor momento de mi carrera futbolística. La experiencia me ha dado todo lo que un jugador necesita para entender el juego. Físicamente estoy en el nivel más alto de mi carrera y esas dos cosas hacen que esté en mi mejor momento. También es verdad que tenemos un entrenador que apuesta por un fútbol bonito, dinámico y ofensivo. Eso ayuda.

El año pasado marcó seis goles en toda la temporada y este curso lleva nueve tantos en ocho partidos. ¿Qué ha cambiado?

Cuando jugas un partido y el resumen es que, seas o no titular, tocas tres balones contados algo falla. Y que ganes con una jugada a balón parado o de estrategia no esconde la realidad. Así es difícil disfrutar jugando al fútbol. Por eso valoro tanto lo que proponemos este año. Hace que jugadores como yo luzcan mucho más.

Entiendo que cuando habla de la pasada temporada se refiere a Laszlo Boloni y no a Dani Poyatos, que dirigió al equipo en el inicio de la pasada temporada.

No, eso está bien que lo aclaremos porque cuando empecé a no disfrutar fue cuando se fue Poyatos. Dani vino con una ilusión tremenda. Me acuerdo que si el entrenamiento era a las 9:30 él llegaba a la ciudad deportiva a las 6:45. Trabajaba mucho, le dedicaba mucho tiempo y el estilo de juego era ofensivo. Sí que es verdad que no tuvo suerte con los resultados y por eso no pudo seguir aquí como entrenador. Pero no tienen nada que ver con lo que vino después. Si me preguntas por Dani te diré que ha sido uno de los entrenadores que más me ha gustado. Trabajaba mucho y disfrutaba del fútbol. Que los resultados no le acompañasen no empaña su manera de trabajar como entrenador.

En Grecia no hay paciencia con los entrenadores...

En Grecia en general y en clubes como el Panathinaikos en particular. Es uno de los clubes más grandes del país y no hay margen de maniobra. Aquí la exigencia es máxima.

"He cambiado la mentalidad. Ahora no veo goles, veo puntos. Y eso me hace más feliz"

Carlitos López, jugador de Panathinaikos

¿Como futbolista también siente la presión?

Sí, la presión existe. Aquí exigen desde los niños hasta los ancianos. El Panathinaikos es un club con mucha repercusión, tanto para lo bueno como para lo malo. Tienes que saber dónde estás y aprender a aguantar los chaparrones. Yo he tenido la suerte de tener le respeto de la gente desde el primer momento. El año pasado, cuando iban mal las cosas todo estaba focalizado en el banquillo.

¿Habló Ivan Jokanovic con usted cuando llegó al banquillo de Panathinaikos?

No, no tuvo ninguna charla especial ni conmigo ni con nadie. Es una persona muy seria, muy meticulosa. Se puso a trabajar desde el primer día.

Se comentó que jugó un papel fundamental para que siguiera en el Panathinaikos.

Al revés. Fue el club el que siempre se opuso a mi salida. Llegaron propuestas de otros países y ni siquiera quiso sentarse a negociar. Firmé tres años y medio y ver que el club te quiere y confía en ti da tranquilidad. Sí es verdad que, para mí, el míster es muy importante. Pero porque tiene un estilo de juego que me beneficia. Eso hace que esté feliz.

El año pasado jugaba como delantero y Jokanovic le ha colocado como mediapunta, con mucha más libertad. ¿Es uno de los motivos por los que ya suma nueve goles?

Estoy disfrutando muchísimo jugando con libertad. Cuando juego de '9' me encuentro cómodo, pero estoy más encorsetado en una posición fija. Cuando me dan libertad es cuando puedo crear jugadas. Es difícil encontrar a un jugador que disfrute jugando en la mediapunta y, además, sea productivo. Yo tengo una gran responsabilidad porque por mi pasa gran parte del peso del partido. Intento ser importante en las transiciones, los contraataques... Estoy en contacto con el balón en muchas ocasiones y sé que si elijo bien tenemos muchas posibilidades de ganar el partido.

¿Cómo valora haber necesitado tan solo 17 disparos para marcar nueve goles?

He tenido suerte porque muchas de mis ocasiones han acabado en gol, pero tengo parte de culpa porque intento crear el espacio idóneo para poder finalizar. Intento arrancar dos segundos antes que el contrario. Hay veces en las que el balón no cae ahí, pero si lo hace puedo causar mucho daño. Con los años he conseguido entender mejor el fútbol y dominar mucho más el espacio y el tiempo. Una de mis mejores virtudes es la movilidad. Soy muy móvil y, para los defensas rivales, es muy complicado estar cubriéndome todo el rato.

Ha ganado muchas cosas a nivel individual, pero aún no ha logrado nada a nivel colectivo. ¿Es un reto?

El otro día lo comenté con mi hermano. Ya sé lo que es recibir premios por mi rendimiento como jugador y ahora quiero sumar para lograr algo a nivel colectivo. Una Copa, una Liga, una Europa League... Lo que sea. Estoy marcando muchos goles y antes pensaba: 'Qué bien, ya llevo no sé cuántos goles esta temporada'. Ahora no. Ahora pienso: 'Perfecto, con mis goles ya hemos logrado no sé cuántos puntos'. He cambiado la mentalidad. Ahora no veo goles, veo puntos. Y eso me hace más feliz.

¿El objetivo es entrar en Europa?

Sí, de hecho el año pasado nos quedamos a siete puntos. Este escudo exige jugar en Europa y pelear por todos los títulos posibles.

¿Cómo le convenció Xavi Roca de fichar por Panathinaikos? Recordemos que llegó al club en el mercado de enero, pero como ya había jugado en dos equipos distintos esa temporada -Legia de Varsovia y Al Wahda- tuvo que esperar seis meses para debutar.

Xavi hizo un trabajo increíble. Salí de Dubái y tenía tres propuestas muy interesantes, tanto deportiva como económicamente. En uno de los sitios, Rusia, sí que podía jugar, pero lo de Xavi fue un acoso y derribo. Tocó hasta el tema emocional. También me ofrecieron tres años y medio de contrato. No podía jugar los primeros seis meses, pero el presidente me dijo que viniera ya, así podía conocer la ciudad, a los compañeros, encontrar casa... Fue como la vida misma: cuando alguien te demuestra tanto cariño no puedes dejarte llevar por el dinero. Una mañana me levanté, llamé a Xavi y le dije: 'Voy para allá'.

¿Cómo vivió esos seis meses en los que formó parte del grupo pero no pudo jugar ningún partido?

Aprendí a entender el fútbol desde fuera. A entender lo que los aficionados ven y tú no sientes. Te da para pensar en quién eres, qué haces y por qué lo haces. Me tiré seis meses yendo al estadio a ver al equipo sin poder participar, entrando al vestuario en la previa del partido y luego yéndome a la grada. Viví seis meses como un aficionado y eso me ayudó a valorar la responsabilidad que tengo como jugador del equipo. Entrenaba igual o más que los demás, pero llegaba el domingo y me tocaba ir al palco. A día de hoy valoro mucho más cada partido.

La afición griega no le habrá decepcionado...

Es espectacular. Espectacular. Son primos hermanos de los polacos. Lo viven todo con una ilusión, una pasión... Es una pasada.

"Jugar al fútbol sin gente para mí no tiene gracia. La gente te hace llegar donde creías no poder hacerlo"

Carlitos López, jugador de Panathinaikos

Todo lo contrario a Emiratos...

En Emiratos la liga no tiene nada que ver. La afición es mucho más 'light' y es algo que no me gustaba nada. Aquí vas al centro en la previa de un partido y si jugamos a las 20, a las 16 ya está todo lleno. Grecia es fútbol en estado puro, por eso echamos tanto de menos a los aficionados durante la pandemia. Jugar al fútbol sin gente para mí no tiene gracia. La gente te hace llegar donde creías no poder hacerlo.

¿Le cambió la vida ir a Polonia?

Si dijera que no estaría mintiendo. Cuando salí del Villarreal B rechacé ofertas de Segunda División, que es el objetivo de cualquier jugador de un filial: salir de ahí, fichar por un Segunda y empezar tu carrera profesional. Yo arriesgué yéndome a Polonia y parte de culpa la tiene Kiko Ramírez, que fue quien me convenció para fichar por el Wisla. Me dijo que si jugaba bien en la Ekstraklasa iba a tener una gran carrera deportiva y acertó. Seguimos hablando muy a menudo y le estoy muy agradecido.

¿Le quiso llevar a India?

La verdad es que sí (ríe). La primera vez que lo intentó ya le dije que no siguiera. Para mi es un halago que vuelva a pensar a mí porque es un entrenador al que le tengo un cariño enorme. Es un entrenador espectacular, un gestor de grupo impresionante y le quiero mucho como personal y como profesional.

Le fue muy bien tanto en el Wisla Krakow como en el Legia. Salió de allí antes de lo esperado, pero Al Wahda hizo una oferta irrechazable...

Mi etapa en Polonia fue maravillosa. De aquella época conservo amigos que son prácticamente mi familia. Marqué muchos goles, recibí premios, jugué la fase previa de la Europa League y marqué... Allí cumplí sueños muy importantes. Los presidentes me siguen escribiendo a día de hoy. La gente no quería que me fuera, pero en el fútbol pasan estas cosas. Al Wahda pagó cerca de dos millones de euros y el Legia se ahorraba una ficha elevada... Era complicado seguir allí.

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Panathinaikos FC

¿Ha vuelto a tener ofertas desde Polonia?

Sí, este mismo verano tuve propuestas desde Polonia, pero es algo en lo que ahora mismo no pienso. No me lo planteo, pero en el fútbol nunca se sabe.

¿Qué le queda por hacer en el fútbol?

Ganar un título, tengo que ganar un título como sea. Me da igual el qué, el cómo y el dónde, pero tengo que ganar un título. Algo importante colectivamente hablando. Individualmente ya estoy satisfecho con mis logros, pero lo colectivo me quita el sueño.

¿Y volver a España?

Es complicado. He tenido ofertas de Primera y Segunda, pero los clubes en los que he estado no han aceptado la operación. Económicamente la diferencia es abismal. Allí todo es neto, aquí bruto. Luego los equipos españoles no entienden que haya que pagar un millón y medio por el traspaso de un jugador español que juega fuera, pero si fuera brasileño pagarían dos. ¿Vas al presidente del Panathinaikos y le dices que me regale por Navidad? Así es difícil volver a España.

¿Ganar un título o completar una gran temporada en LaLiga?

Es que no haber ganado un título me quita el sueño. En Polonia fui mejor jugador, mejor delantero y máximo goleador con el Wisla Krakow, pero jugué la final de la Supercopa con el Legia y perdí. También estuve cerca de ganar la Ekstraklasa, pero me quedé a un punto.