El Real Valladolid se desangra con los recién ascendidos
El cuadro de Pacheta es, con un punto de nueve posibles, uno de los equipos que menos suman ante los promocionados de la extinta Segunda B.
El topetazo estrepitoso que se pegó el Real Valladolid en Lezama prolongó la desdicha del cuadro de Pacheta ante los recién ascendidos. Después de enfrentarse a tres de los cuatro equipos que promocionaron de la extinta Segunda B, los blanquivioletas suman un punto de nueve, el obtenido en el empate en Zorrilla frente al Ibiza en un partido en el que, eso sí, debieron golear, a tenor del aluvión de ocasiones que tuvieron.
Como ya sucediera en El Plantío, el Pucela venía advertido por su técnico de los condicionantes del rival, y sin embargo, sucumbió al no ser capaz de neutralizar aquello con lo que Amorebieta más cómodo se siente: la presión alta y el juego directo, que volvió a señalar una alarmante falta de contundencia en el área de Roberto proyectada en otros partidos, normalmente con otras artes que, en cualquier caso, derivaron en la concatenación de ocasiones.
Del mismo modo, y de igual forma que contra el Burgos, el Real Valladolid fue incapaz de desasirse el dominio territorial de un equipo que encimó la salida de balón y no necesitó tenerlo para sí en demasía para generar cuatro oportunidades, las suficientes para hacer exactamente cuatro goles, tres de ellos en otra primera mitad condenatoria de la que los vallisoletanos, que no mostraron atisbos de remontada en la segunda.
Sirven como agravantes, además, el haber encajado dos goleadas, con un balance de dos goles a favor y ocho en contra, tres de ellos recibidos en Burgos y otros cuatro en Lezama, y el que ese escasísimo botín convierte al Pucela, a falta de enfrentarse al Sanse, en uno de los equipos que menos suman ante los ascendidos. Contando incluso a estos, hasta 18 han cosechado un mayor botín, liderando el Eibar, con diez, esta particular clasificación.