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ATLÉTICO DE MADRID

De Paul se hace imprescindible

El argentino acorta la mili del Cholo para convertirse en pieza vital del Atlético. Con despliegue físico, calidad y pelea, derrama cholismo.

De Paul, en el Atlético-Betis, en el que brilló.
JUAN MEDINAREUTERS

Desde que Simeone se retiró, el Atlético no tenía un futbolista tan Simeone como Rodrigo de Paul. Es un espejo del Cholo jugador. No da un balón por perdido, se deja el alma a jirones. Mediocentro, argentino, 1,80, 27 años. La pieza que redondea a un Atleti ya campeón. Presiona, recupera y circula la pelota. Y es de esos futbolistas, además, capaces de llenarse de barro hasta las cejas, canchero. Nadie ganó más duelos (12) ni recibió más faltas (5) que De Paul ante el Betis. Al fin, el '5' de Tiago tiene un heredero digno. A la altura del portugués.

Lo primero que De Paul recuerda del fútbol es la mano de su abuelo, Osvaldo, quien le llevaba. Su madre trabajaba, no podía. El nombre de su abuelo, fallecido en 2009, tiene un lugar privilegiado en su cuerpo de tinta: una de sus muñecas, la que se besa cada vez que marca un gol. 43 han sido en su carrera, en su paso por Racing (2012-2014), Valencia (2014-2016) y Udinese (2016-2021). Esa que comenzó en club Deportivo Belgrano de Sarandí como portero.

Portero, delantero, extremo

Pronto se cansó de los pelotazos, escogió tirarlos. Jugó como delantero antes de retrasar su posición, convertirse primero en extremo, ahora en '5'. Quizá ese sea el secreto de su dominio de todas las facetas, el fútbol desde todos sus ángulos. El orden, el disparo; el cobijo, la circulación con y sin balón. Miguel Ángel Mico, uno de los entrenadores de las inferiores de Racing que estuvo en sus inicios, lo dibujaba así en una entrevista. "Lo veíamos con el equipo de trabajo en el fútbol infantil. Tenía nueve años. Era una joya de la clase '94. Y nos reíamos porque se enojaba con los compañeros que se enojaban porque él no bajaba para ayudar a quitar la pelota. Mirá lo que son las cosas, ahora tiene un despliegue de locos", reía.

Un despliegue ante el que el mismo Cholo se ha rendido. La mili de De Paul ha sido más corta que la de en su día Griezmann o João. De Paul no puede jugar solo a ratos. Nació para jugar en el Atleti y debe estar siempre en el campo, impartiendo cholismo. Con calidad, quite y pase. Con balón, rompe líneas. Sin él, despliega físico y oficio. Suma, en todo suma. La temporada pasada en Italia, en Udinese, fue el futbolista que más duelos ganó (289), más regates intentó (182) y más faltas provocó (126) en la Serie A. Los 40 millones que el Atlético pagó por él en verano, a día de hoy, parecen pocos. De Paul es un mediocentro de valor incalculable. En el punto exacto de maduración.