GRUPO E | DINAMO KIEV - BARCELONA
Supervivencia en Kiev
El Barça interino de Sergi se la juega bajo mínimos. Frenkie de Jong, Araújo, Ansu y Dembélé, altas de última hora (21:00. Mov. LC).
EI Dinamo-Barça de esta noche (21:00 horas, Olimpiyskiy) no es el Partido de la Muerte, aquel que en 1942 enfrentó al Star, un combinado de varios equipos de Kiev, contra los soldados nazis en el Star Stadium de la calle Shodulenka. Pero sí es un partido de supervivencia. El Barça se juega muchísimo. En términos de prestigio, tan desgastado en los últimos años en Europa; y en términos económicos, con 20 millones de euros de presupuesto bailando. A los azulgrana, para seguir dependiendo de sí mismos y tener cierto control sobre la situación en el grupo, sólo les vale ganar (sigue el partido en directo en AS.com).
"Después de enfrentarme a los tres equipos, veo muy difícil que el Barça se clasifique". La frase de Mircea Lucescu, rescatada después del 1-0 de hace dos semanas en el Camp Nou, sólo tiene tres interpretaciones. Una, terminó caliente por la derrota. Dos, quería calentar el partido de esta noche en el Olimpiyskiy. Tres, simplemente dice la verdad. De momento, la clasificación del grupo da la razón al histriónico rumano.
El Dinamo, líder de la Liga ucraniana por delante de Shakhtar, no demostró demasiadas cosas en el partido del Camp Nou por más que tenga algún jugador interesante como el triángulo que forman Shaparenko, Tsygankov o Sydorchuk.
La interinidad de Sergi, el quinto entrenador provisional del Barça en la historia (antes que él, Enric Rabassa, Romero, Rexach después de la destitución de Cruyff, y Toño de la Cruz) se recordará por este partido de Kiev. El equipo está bajo mínimos, pero a última hora han llamado a filas y Frenkie de Jong, Araújo, Ansu y Dembélé se subieron al avión. Hay demasiadas cosas en juego.
Sergi no se deshizo como un flan ante los medios ayer y no eludió su responsabilidad. "Para hacerte respetar, tienes que ganar partidos; es el momento de dar un golpe en la mesa". Esta noche, en Kiev, juega más el escudo que los futbolistas en el Olimpiyskiy. Veremos qué jóvenes y qué mayores saben sostenerlo.