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Quique González, ante su quinto reencuentro con Zorrilla

El delantero pucelano y ex del Real Valladolid busca su hueco en el Eibar después de dos años de escaso protagonismo.

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Quique González, ante su quinto reencuentro con Zorrilla
SD EIBAR

La visita de este domingo del Eibar devolverá a Zorrilla a un hijo de la cantera del Real Valladolid, un Quique González que disputará, si tiene a bien Gaizka Garitano, su quinto partido en aquel estadio con el que soñó, pero en el que nunca llegó a disponer de oportunidades. A las órdenes del técnico vasco, en lo que va de temporada, apenas ha disputado poco más de 100 minutos, siguiendo en la línea de la escasa relevancia que tuvo las dos últimas campañas.

Y es que, a pesar de los tres traspasos millonarios que protagonizó de manera consecutiva, José Luis Mendilibar no se vio demasiado impresionado y no le hizo alcanzar ni las diez horas de juego en dos años, siendo relegado a menudo en los 27 partidos en los que lo utilizó. 3,3 millones había pagado el club eibarrés a Osasuna, que a su vez pagó 1,7 al Depor, quien lo había firmado por 1,2 del Almería. Pero ni por esas.

Dos de esas 27 apariciones fueron contra el Pucela, uno en casa y uno fuera, y dos de las nueve veces que se enfrentó al equipo donde se formó. En dos de ellas, en el mejor momento de su carrera, vio puerta y no festejó; así lo hizo cuando marcó gol con el Almería, en abril de 2016, lo que permitió que fuera ovacionado al ser sustituido. Los 31 que sumó en dos campañas dieron paso a los mencionados traspasos... pero ninguno le trajo a casa.

A lo largo de esos cursos, en alguno se especuló con un posible retorno que no se pudo llevar a término principalmente por cuestiones económicas, puesto que el músculo del Real Valladolid no era el que tuvo después de volver a Primera. Así, el reencuentro nunca pudo ser el del hijo pródigo que vuelve a defender sus colores, ni a pesar de sus tres temporadas superando la quincena de goles en Segunda.

Esos guarismos y mover más de cinco millones en traspasos tampoco le sirvieron para lograr el asiento en la élite, puesto que mientras en la categoría de plata demostró ser un goleador consumado, en Primera apenas alcanzó la treintena de juegos, sin hacer un solo gol... en 684 minutos en total, de lo que sale una media de 22,8 por cada uno de esos partidos jugados. Es incluso superior a la que lleva hasta ahora en el Eibar, algo que querrá cambiar en Zorrilla en un partido con aroma a Primera División.