El Racing nunca defrauda
Tras dos meses de Liga, nadie espera juego primoroso o apuestas de riesgo, pero sí que los de Romo compitan y eso hasta el momento está garantizado
Cuestión de expectativas
Habrá quién piense que el Racing no defrauda porque, en realidad, nadie espera gran cosa. Y no es verdad. O no es toda la verdad. A estas alturas de la película, ya nadie espera un fútbol de seda, una apuesta por el toque, por la posesión, por el riesgo..., vale, eso es verdad. Ya todos sabemos que Romo no es de los que le gusta disfrutar con el trayecto, le gusta llegar. Si puede ser rápido, barato y sin correr riesgos. Pero lo que no es verdad es que los que podemos considerarnos eso que se llama 'entorno' (socios, aficionados en general, medios de comunicación) no esperamos nada. En realidad, siempre les exigimos la victoria. Con razón, o sin ella, para el racinguismo cualquier rival en esta categoría es ganable y la mayoría, además, sin discusión. En el vestuario eso lo entienden como una presión añadida, les parece injusto y les cuesta llevarlo. Tendrán que asumirlo, es lo que hay. Pero, para ser justos, hay que reconocerles que siempre compiten, que nunca han sido peores que los rivales (en partidos que han ganado, tampoco mejores) y que los resultados son buenos. Así que, a seguir. Ellos a lo suyo y nosotros, a lo nuestro.
No todo estuvo bien
El triunfo en El Vivero, tras un jugadón inmenso de Soko y Cedric, da por bueno el esfuerzo del equipo, amplia la buena racha de resultados y deja al Racing metido de lleno en la larga lucha por el ascenso que va a quedar muy matizada en el próximo mes. Eso no quiere decir que todo lo que se hizo allí estuviera bien hecho. La estrambótica decisión de colocar a Íñigo de extremo izquierdo ni tuvo sentido ni salió bien. Ni para el de Ampuero ni para el equipo y lo de Satrústegui en el lateral izquierdo sigue chirriando: pierdes al mejor central para tener un lateral izquierdo de lo más corriente. Entre una y otra decisión, todos los problemas defensivos del Racing llegaron por ahí. Y, otra cosa, llámenme raro pero no me parece que sea obligatorio sustituir a Pablo Torre en el último cuarto del partido. Aunque le pongan de extremo izquierdo, como en Avilés y como meditó Romo hacer en Badajoz, el Racing es mejor con Pablo que sin él. Y si un día le vemos de volante en un 4-3-3, ni les cuento.