Todo empieza en Darder
De las botas del mediocentro del Espanyol volvieron a surgir ante el Madrid acciones clave, pero no solo por sus pases, también por recuperaciones, despejes y duelos.
Le falló –si es que el destino no lo quiso así para dotar de mayor épica al partido– esa finalización a un contragolpe de 70 metros, nacido en un córner en contra, y en que todo el estadio le acompañó para que que intentara batir sin éxito a Thibaut Courtois. Envió fuera su único remate del partido, pero Sergi Darder demostró ante el Real Madrid, como antes en otros tantos partidos, que en la mejor versión del Espanyol todo comienza en él.
El mediocentro dio un recital en el centro del campo. De sus botas, y de ese giro sobre sí mismo tan característico, había surgido ya la acción del primer gol, en un pase para Aleix Vidal en la banda derecha. Solo uno de los 33 que dio, de los que acertó 30 (un elevado 90,9 por ciento, muy por encima del promedio del equipo). Pero el dato más llamativo es que 21 de esos pases los entregó en campo contrario; y ahí, donde las defensas no ceden ni un centímetro y la presión no deja pensar, no equivocó ni uno: cien por cien de acierto.
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Obviamente, requiriendo su empresa de tanta precisión, perdió el canterano frente el Real Madrid seis veces el esférico. Pero sus guarismos descubren a otro Darder del que poco se habla, mucho más escondido pero igual de relevante para el grupo. Un Darder que protagonizó cuatro recuperaciones, que realizó dos despejes y que participó en nueve duelos, de los que ganó seis. Esas jugadas, por lucha, también empezaron en él. Una vez más, cuando Darder sonríe, el Espanyol sale ganador.