La Real cambiará el césped de Anoeta por tercera vez desde 2019
Bajar la cota del terreno de juego para quitar las pistas de atletismo ha perjudicado a la hierba, que está más blanda y se levanta fácilmente. Imanol se ha quejado estos días.
El césped del nuevo Anoeta, conocido desde que se quitaron las pistas de atletismo como el Reale Arena, está llevando por la calle de la amargura a los responsables del estadio donostiarra. Porque después de que Imanol Alguacil se quejara del mal estado del terreno de juego tras el partido contra el Elche de hace dos fines de semana, la Real ha tomado la decisión de volver a cambiar el césped de su campo de fútbol. Y va a ser la tercera vez desde 2019, demasiados cambios, así que hay que empezar que tienen un problema con una solución que no parece sencilla.
Tradicionalmente, desde su inauguración con pistas de atletismo, Anoeta presumía de tener uno de los mejores terrenos de juego de todo el fútbol español, el césped siempre estaba impecable, con un sistema de drenaje que era la envidia de todos los clubes cuando visitaban San Sebastián. Pero eso se ha acabado desde que se hicieron las obras para acercar las gradas al terreno de juego quitando las pistas de atletismo. La solución que utilizaron fue la de bajar la cota del campo unos metros para poder meter en el espacio que se generaba más gradas. Gracias a eso se logró lo que hoy en día se disfruta en el Reale Arena, de un ambiente fantástico, con los aficionados muy cerca de los jugadores y con una sensación de que otra vez tiene un campo como se merece la Real. Como en su día fue Atotxa, pero adaptado a los tiempos modernos.
El problema es que todo no iba a ser de color de rosa en esa ansiada obra de remodelación de Anoeta. El principal perjudicado ha sido el césped, otrora la envidia de todos, y ahora un quebradero de cabeza porque no termina de estar en el estado óptimo para la práctica del fútbol que quiere Imanol. La hierba se tuvo que cambiar en noviembre de 2019, al poco tiempo de quitarse las pistas de atletismo. Entonces se optó por un sistema híbrido de hierba natural y artificial que había dado resultado en otros campos. No terminó de funcionar y un año después, en noviembre del año pasado se volvió a cambiar el césped. Pero apenas ha vuelto a aguantar otro año natural, porque en noviembre de este año se va a volver cambiar, concretamente después del derbi vasco del 31 de octubre contra el Athletic.
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Se trata nuevamente de una petición expresa de Imanol Alguacil, el técnico de la Real, que lo mismo que hizo el año pasado, se ha quejado amargamente de que el césped está muy blando y se levanta fácilmente, por lo que enseguida se pone de forma irregular. No ayuda tampoco el hecho de que este año también el filial realista tenga que jugar en Anoeta al estar en Segunda. La primera medida para preservarlo es mandar al Sanse a jugar esta jornada en Ipurua contra la Ponferradina. Para no castigarlo más. Y luego ya se procederá a cambiarlo de nuevo. ¿Pero qué es lo que pasa ahora con el césped de Anoeta?
Hay varias razones: la primera es que ahora le da menos la luz natural y el sol por la nueva cubierta, por lo que no se seca tan fácilmente. Y después que al bajar la cota del campo, el césped está más cerca de la zona húmeda de esa parte, porque por debajo de Anoeta pasa un riachuelo, así que el césped está siempre húmedo, no se seca fácilmente y se levanta más de lo habitual. Esto no tiene fácil solución, a pesar de que el club está poniendo todo de su parte. Pero van a cambio de hierba por año. Y aunque no suponga un gran desembolso para las arcarás realistas, de los 150.000 euros no baja la broma. De momento, se cambiará otra vez. Y ya van tres. A ver hasta cuándo dura en esta ocasión.