Pejiño, mejor por la izquierda
El análisis estadístico del impacto en el juego de Las Palmas tras el cambio táctico de Mel ante el Cartagena lo confirma.
Tras la victoria ante el Cartagena, el pasado 3 de octubre, el técnico amarillo destacó en la rueda de prensa posterior al partido que la clave estuvo en el cambio de bandas de Pejiño por Moleiro. Entendió que el gaditano “no estaba entrando un juego por la derecha”. En su opinión “De la Bella le tenía bastante bien sujeto”. De ahí que decidiera efectuar ese movimiento táctico situando a ambos jugadores en su lado natural.
El tinerfeño, tras el intercambio, atacaría la banda defendida por el examarillo De la Bella por delante de Álvaro Lemos y Pejiño, por su parte, haría lo propio ahora contra Delmás apoyado por Cardona de lateral.
¿Pero qué tanto cambió el panorama de Pejiño?
Los datos corroboran la opinión de Mel. En esos primeros 20 minutos —fue sustituído en el 56— cuando el extremo andaluz atacó por lado dereho del ataque amarillo intentó cinco pases. De los cuáles, uno fue un cambio de orientación a la banda izquierda —a Viera—, otro, un apoyo a Curbelo —en el vértice derecho del área rival abriendo hacia la banda— y tres fueron hacia atrás —dos a Lemos y una pérdida—. Cuando le llegaba el balón por la derecha no estaba consiguiendo apenas relacionarse o con jugadores ofensivos en su zona cercana o en posiciones de ataque.
Por contra, cuando atacó por la izquierda amplificó su participación en el juego. Pasó de dar cinco pases a once, duplicando su producción en los 30-35 minutos que estuvo en esa zona del campo. Pero no solo esto. Mientras que en la parte derecha del ataque ningún intento fue para progresar en dirección a la portería rival, en la parte izquierda un 91% sí lo fueron, pasando además de un fallo de cinco intentos, a uno de once.
Se da la circunstancia paradójica que Pejiño solo dio un pase en el flanco izquierdo del ataque hacia atrás. Tiene doble justificación. Primera, estaba en la zona del córner rival y a quien único tenía por delante era un vigilante a la entrada de los vestuarios pero no iba de amarillo. Segunda, a veces en fútbol —más allá de los albos confines de Gran Bretaña— dar un pase atrás puede abrir puertas adelante y ahí estuvo la primera “llave” de Mel. Pejiño con dos rivales encima, habilitó a Cardona libre de marca que entraría solo al área, pasaría a Viera y el 21 provocaría el penalti que además sería el tanto que abriría el marcador y el partido.
Pero no solo de números vive la estadística. En contraposición a lo ocurrido en la derecha, en la izquierda los pases de Pejiño, tres a fueron Cardona —en la esquina del área rival—, dos a Jesé —lejos del área pero en vertical—, tres a Viera —en posiciones de interior izquierdo— y uno a Fabio —habilitándolo en el área—. Todos o en posición de ataque o a compañeros ofensivos, en su juego no en su lenguaje. Y por ahí entre pases y combinaciones por la izquierda, o derecha según quien mire, se descosió el buen inicio del partido cartagenero y comenzó la primera goleada del curso de la U.D.