Ian Mackay: “Me equivoqué marchándome del Deportivo”
Mackay triunfa en el Depor tras 16 largos años de odisea. El meta habló con AS sin tapujos de su salida del club, Noel, la competencia entre porteros...
Ian Mackay (A Coruña 14/7/1986) es el hijo pródigo del Deportivo. El guardameta coruñés se formó en la cantera blanquiazul y tuvo que emigrar en un largo periplo hasta regresar con 35 años a “mi equipo”. Curtido en mil batallas, elegido el año pasado mejor portero de Segunda, capitán junto Álex Bergantiños y meta menos batido del Grupo I, “disfruta” esta segunda oportunidad, analiza a fondo el caso Noel y ha prometido “un tatuaje secreto” si llega el ascenso.
¿Cómo llevan esta semana tras el doloroso empate ante la SD Logroñés?
Que te metan en la última jugada fastidia bastante. Después de analizar el vídeo vimos que tuvimos bastantes ocasiones para matar el partido, no lo hicimos y nos empataron al final. Como suele decirse, se te queda cara de tonto. Hay que quedarse con las cosas buenas y corregir los errores.
Primera derrota y luego un empate. Hay quién ve ya una crisis…
Pues yo veo que vamos segundos, a un punto del primero, bastantes goles a favor, el equipo menos goleado del Grupo… La gente puede ver el vaso medio vacío o medio lleno, es fútbol. Los que estamos dentro sabemos que llevamos 13 puntos de 18, que estamos arriba y peleando. No se asciende en enero. Ojalá estemos ahí arriba y logremos el ascenso se mayo.
Tras esta mini racha negativa, ¿cobra más importancia ganar este sábado en Irún?
La misma de todos los partidos. Siempre digo que el siguiente partido es el más importante. No hay que pensar más allá y salir al partido con la meta de sumar tres puntos.
Percibo mucha más calma dentro del equipo que fuera…
No entiendo por qué hay nerviosismo a estas alturas. Es la jornada seis, vamos segundos y con buenos números. Que mancha la imagen un gol justo al final... y si no entra, ¿qué pasaría? No creo que haya que volverse locos. Dentro confiamos plenamente y tenemos las ideas muy claras.
Ha comentado varias veces la ilusión que le ha hecho este regreso al Deportivo. ¿Cómo vive los partidos, con presión o disfrutando?
Los disfruto mucho. Para mí es muy ilusionante e importante jugar en Riazor. Ver cómo la afición me devuelve el cariño, es espectacular. Solo puedo tener palabras de agradecimiento. Me siento muy querido y mi forma de devolverlo es intentando que no entre ninguna pelota en mi portería.
¿Fue muy especial en lo personal el día de su debut con el Depor?
Se me puso la piel de gallina cada vez que animaban los Blues. Cuando estás fuera, como he estado yo muchos años, siempre defiendes al equipo en el que estás, quieres ganar y defender a tu club. Pero ese día me sorprendió cómo celebré los goles porque son tuyos, es tu equipo. Es un plus que no sé explicar bien porque es mi equipo. Estaba en Sabadell muy bien, contento y me identificaba con el equipo, pero no es tu club de pequeño. Yo soy del Depor, no creo que sea una novedad para nadie.
Se le agolparon las emociones…
Era recordar cuando iba a Riazor a ver la Champions y estar ahí… Poder celebrar los goles del Depor en el campo y no en la grada fue para mí algo muy emotivo.
Y además fueron cinco al Celta B…
La verdad es que salió todo perfecto, rodado… Sabemos que no siempre va a ser así, pero claro, pusimos el listón muy alto. Yo soy muy ambicioso y lo que me importa es ganar. Hay gente que prefiere jugar muy bien y luego está el resultado. Yo soy más resultadista que otra cosa, a lo mejor porque soy portero.
Esas emociones que me contaba supongo que se multiplicaron por todos los años y equipos que pasaron hasta su debut de blanquiazul…
Me fui muy joven de aquí y no me asentaba en ningún equipo. Siempre quería jugar todo y cuando eres joven, es muy difícil. Logré asentarme en el Racing de Ferrol varios años hasta que pasaron algunas cosas y decidí cambiar de aires. Luego Murcia, Sabadell y después la suerte de volver aquí.
¿Cómo recuerda su salida del Deportivo?
Me equivoqué. Me equivoqué al marcharme del Deportivo. En el momento que me fui estaba jugando en el Fabril y Fabricio era suplente mío. Alguna gente me dijo que no tenía que marcharme. Caparrós habló conmigo y me dijo que iba a ser el segundo portero. Pero no se le encontró salida a Munúa y me dijeron que iba a ser el tercer portero. Me cabreé y con 19 años tomé decisiones que no tenía que haber tomado. A toro pasado, no me hubiese marchado. Pero bueno, esa decisión también me hizo madurar en otras cosas. Me marché muy joven para vivir solo, conocer otros sitios… Al final intento mirar las cosas positivas siempre.
Cuando usted toma esa decisión, Aouate ya estaba fichado, ¿no?
Sí, sí. El que iba a salir era Munúa, no Aouate. Después del Teresa Herrera me comentaron que no podía jugar en Tercera después de la temporada que había hecho, que se me quedaba pequeña aunque la idea fuese jugar con el filial y ser el tercer portero del primer equipo. Luci (segundo de Caparrós) me dijo que era amigo del entrenador del Ceuta y que allí iba a jugar. Que era un buen año para formarme y volver al siguiente. Caparrós tenía contrato, pero rescindió, vino Lotina y me dijo ‘hola’ y nada más. Hice la pretemporada, estuve convocado con el Fabril para la primera jornada ante el Celta B… Decidí irme y me dijeron que iría al Vecindario, que entonces era como un filial del Depor en Canarias. Son decisiones que tomas, y ya está.
Y en estos últimos años, ¿qué pensaba cuando veía lo que pasaba con la portería del Depor, que llego a tener cinco porteros en una temporada?
Es una pregunta complicada. Yo no puedo hablar de otros compañeros no estando aquí. Creo que Dani Giménez estuvo espectacular en su primer año, por ejemplo. Luego hay entrenadores, analistas… para saber qué rendimiento querían. No sé si fue acertado o no. El puesto de portero es muy complicado. Si te tiran, te dan y las paras, eres muy bueno. Y puede que pares mucho, pero que te marquen muchos goles porque te rematan mucho. Para la gente que no entienda tanto y solo mire ese dato, dirá que eres muy malo.
Le pregunta era especialmente por aquella temporada con cinco porteros. Rubén, Pantilimon, Koval…
Ese año fue un poco raro, sí. Que jugasen cinco porteros… Ya cuatro o incluso tres, no es normal. Supongo que la dinámica del equipo no era buena, verían que el rendimiento de algunos porteros no era el esperado… No puedo decir qué pasó, estaba fuera.
Volvamos al presente. ¿Cómo ve a Pablo Brea?, su competencia.
Muy bien, muy bien. Es un currante nato y nos llevamos muy bien, que es algo muy importante. Me parece un portero muy completo y le veo un futuro espectacular. Tuvo el hándicap de la lesión al principio de la pretemporada, pero ya está recuperado y al ciento por ciento. Me parece un portero top.
Entonces, hay relevo de garantías…
Sin duda. Al final la liga es muy larga y nunca sabes qué pasará. El míster tendrá que tomar sus decisiones. Aunque suene tópico, yo trabajo día a día para que el míster me ponga. Lo siento por Pablo, pero seguro que si juega va a cumplir al ciento por ciento.
Comenta que se llevan muy bien. ¿De verdad que es cierto eso que se dice siempre de la competencia sana en un puesto como el suyo?
No, no es cierto. He tenido compañeros con los que por desgracia no me he llevado bien. El año pasado en el Sabadell, al final, digamos que por una relación distante, no cuajamos bien. Tengo la suerte de tener muchos amigos entre la gente con la que he jugado, pero con otros… Cada uno hace su carrera por un sitio distinto. Algunos al final no aceptaban el rol que tenían, o les pintaron otra cosa y no lo aceptaron.
¿Cómo se vive de suplente siendo portero?
Mal. Cuando eres joven te lo puedes plantear de dos maneras. Una, tomarlo como un aprendizaje, que es la mejor manera de enfocarlo. Cuando eres joven tienes unas expectativas muy altas y crees que lo sabes todo, pero no es así. Yo tengo 35 años y estoy aprendiendo. Cada día aprendo algo, y lo digo en serio. Ahora tengo una calma en la portería que no tenía cuando era joven. La gente joven tiene que empaparse de todo y seguir formándose. La otra manera es pensar que eres el mejor, que tienes que jugar sí o sí. Lo único que vas a conseguir es cabrearte y no aprovechar todo lo bueno que te rodea.
Hablando de gente joven, ¿qué le parece la bola de nieve que se está formando con Noel?
Es un tema delicado. Puede equivocar al chaval si no lo toma como tiene que tomarlo. Noel es muy bueno, no lo voy a descubrir yo, pero tiene que tener la cabeza bien amueblada. Creo que lo está viviendo todo muy pronto. Hay que cuidarlo, protegerlo y, sobre todo, aconsejarlo. Todo lo que sube muy rápido, a lo mejor luego… Imagina que juega uno o dos partidos de titular y no consigue hacer gol. A lo mejor toda esa nube que está ahí arriba se le puede volver en contra. Es un jugador que nos aportó mucho estos partidos, pero es cosa del míster cuándo ponerlo, que además se ve que apostó por él. Hay que tener los pies en suelo, es un chaval muy joven y le va a llegar la oportunidad cuando le tenga que llegar. Eso sí, por ahora las que va teniendo las va aprovechando.
¿Y cómo lo está llevando Noel?
Yo soy el que le da las collejas. Sabe que siempre le intento meter caña para que no se relaje. Yo también fui joven y estaba aquí jugando contra el Milán, el Benfica, la selección escocesa… Pensaba que iba a comerme el mundo y luego la realidad no es igual. Es muy difícil llegar a ser profesional y vivir del fútbol. Parece fácil, pero no lo es. No es solo tener calidad. Hay que cuidarse, tu entorno tiene que ayudar… es complicado. Es que Noel es muy joven, es juvenil. Tiene que saber asimilarlo.
Es que parece la tormenta perfecta, porque además de oír campanas no ha renovado aún con el Depor.
Que lo quieran otros equipos es normal. Eso ya son temas para los de arriba, yo no puedo meter en eso. Yo quiero que siga con nosotros, claro, pero no me puedo involucrar en esas cosas.
¿Cambia algo tener el rol de capitán?
Aquí el 'capi' es Álex Bergantiños, esa es la realidad. No descubro nada. Él es el capitán y yo intento ayudarle en todo lo que pueda. Si me pide consejo, intentaré aconsejarle. Tengo que estar a su lado para cualquier cosa y quitarle algo de trabajo si puedo. Pero no hay duda, el baluarte es él. Es muy serio, está atento a todo… es espectacular. Lo mío es muy fácil.
Antes hablábamos de los jóvenes, pero ahí están también los veteranos como Álex, Miku, usted…
Es que al final eso de los veteranos… Te voy a poner un ejemplo muy claro: Rubén Castro. El año pasado tuvo números espectaculares en Segunda y fue cuarto máximo goleador. Yuri, con 41 años, lleva cinco goles esta temporada. En el fútbol parece que a los jóvenes hay que hacerles muchos años de contrato por si pueden llegar, por si pueden. Yo soy más de rendimiento inmediato. ¿Qué me hace falta? Necesito esto, pues este jugador me lo da. Apuesto por él sin mirar la edad. Para mí lo del DNI es secundario. Me dirán que es porque tengo 35 años. Puede, pero con 35 años me encuentro mucho más en forma que con 25 o 26.
En esa larga experiencia también ha conocido a buen número de entrenadores. ¿Qué le gusta de Borja Jiménez?
Lo claras que tiene las ideas. Desde el principio nos dijo todo muy claro. Está llevando muy bien el vestuario, hay un ambiente espectacular. Vamos todos a una. Estos dos últimos resultados los está llevando con mucha calma, que es lo que tiene que ser; no dejarse llevar por toda la bola que puede formarse alrededor. Estoy muy contento con él.
¿Es usted de partido a partido o podemos hablar de medio o largo plazo?
Es que la realidad es partido a partido, no veo otra forma de mirar el fútbol. Qué más da que pienses más allá si vas y pierdes los dos próximos partidos. Es montar castillos en el aire. Irún y nada más.
Por cierto, ¿qué tal se llevan tantos kilómetros en bus?
Bueno, bueno… eso es fastidiado, la verdad. Estaba acostumbrado el año pasado a viajar siempre en avión y ahora se hace pesado, para qué vamos a mentir, son nueve o diez horas en la carretera… Pero es la categoría, la realidad. Sabíamos que iba a ser así, y ya está.
A diferencia del año pasado al equipo se le ve centrado en lo que dice, en la categoría…
Yo no estaba hace un año, no te puedo decir. Sí puedo decir que estamos aquí para lo que estamos. Algunos llevan mucho tiempo en esta categoría y es una oportunidad, otros venimos a demostrar cosas. No hay nadie que se relaje, estamos trabajando superbien. Si ves la intensidad de los entrenamientos es espectacular. Estamos muy centrados en el objetivo.
Decir objetivo es decir ascenso, ¿no?
A ver… el objetivo es estar arriba. ¿Ascenso?, a todo el mundo le gustaría. Que es el objetivo principal y nos ven como favoritos, pues sí. Pero es un error pensar en tan lejos. Hay que pensar en el libro, en los próximos tres puntos. Ir sumando, sumando y sumando y luego estar ahí arriba.
Veo que le gustan los tatuajes. ¿Con cuál se queda de los que tiene?
Sin duda con el del brazo izquierdo. Es un tema de mi familia. Las dos niñas cruzando el puente, yo cuidándolas y la madre vigilándolo todo.
¿Y ha prometido algún tatuaje nuevo si se asciende?
Hay, alguno hay. Hay promesa, pero es secreto.
Entonces tendré que esperar un poco pasa saberlo…
Correcto. Si se logra (risas…).