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Sáenz cuenta su calvario en el Celta: "Ni me apetecía hablar con mi pareja"

El central estuvo seis meses apartado del grupo durante la pasada campaña: "Cada vez el trato fue peor. Había momentos en los que las piernas no te daban más".

Jorge Saénz posa con un balón en el interior del vestuario del Celta durante su presentación como jugador del club vigués en el verano de 2019.
RC CELTA

Jorge Sáenz ha roto su silencio. El defensa canario eligió el canal de Twitch de Manoj Daswani para pronunciarse por primera vez sobre los seis meses que la pasada campaña estuvo apartado de la primera plantilla del Celta junto al también central David Costas. Actualmente cedido por el Valencia en el Marítimo de Portugal, el zaguero tinerfeño señaló antes de entrar en detalles que “no tengo problema por contarlo porque no tengo nada que esconder. Tampoco voy a raja a full del Celta porque no me parecía un mal club y allí había gente muy buena que me ayudó mucho”.

Inicio del conflicto: “Dos semanas antes de que se abra el mercado de invierno me comunican que no van a contar conmigo. Les digo que vale, que perfecto, que buscaré destino. Sin embargo, cuatro o días antes de que se abra el mercado, llego a un entrenamiento normal y no entreno con el grupo. Tengo que estar una hora dando vueltas al campo de fútbol con otro compañero. Sin estar el mercado abierto, de buenas a primeras”.

Propuestas para salir: “En ningún momento creé ningún conflicto, pensé que era su modo de operar. Empecé a buscar una salida, pero fue después de la época de la COVID y era complicado encontrar opciones. El club me ofreció algunas que no me gustaban nada. No me llamaban ni deportiva ni personalmente”.

Castigo: “Fueron pasando los días y cada vez el trato fue peor. Iba dos veces al día a dar vueltas al campo durante una hora. Eran entrenamientos desmesurados, que no eran normales. Entonces, entramos en una mala dinámica que se alargó hasta el final de la temporada. Entrenaba hasta cierto límite. Había momentos en los que las piernas no te daban más. Fue complicado”.

Problemas personales: “Lo pasé bastante mal. Hubo días que te planteabas muchas cosas, cosas que normalmente no te tienes que plantear, y lo pagaban en casa. Había veces que llegaba y ni me apetecía hablar con mi pareja, que al final estaba allí por mí. Te da rabia que por temas profesionales lo acabes pagando en lo personal, hasta que cambias la mentalidad y te das cuenta de que la situación es la que es. Lo empecé a ver, más que como un castigo, como una oportunidad de empezar a trabajar para mí y trabajar en lo físico”.

¿Decisión del club o del entrenador?: “Sigo pensando que la finalidad era que me rindiera. No sé si fue parte del club o del entrenador. Ni lo sé, ni lo quiero saber. Solo te quedaba aguantar el tirón”.

AFE: “Llegó un punto que contactamos con la AFE y acordamos con el club que aceptábamos entrenar aparte. Hicimos con el grupo la parte inicial de bastantes entrenamientos. Hablando claro, que los entrenamientos no fuesen para putear, que sirviesen para ser mejor futbolista. Ahí la cosa fue mejor”.