La 'vida loca' de Deeney: "Podía emborracharme cinco noches y jugar el fin de semana"
Troy Deeney, delantero de amplia trayectoria en el fútbol inglés, cuenta su 'vida loca' en un nuevo libro cuyas historias trascienden en la prensa inglesa.
Troy Deeney es toda una leyenda del Watford. El delantero es un clásico de la pasada década del fútbol inglés vistiendo la camiseta de los 'hornets' en los que militó desde agosto de 2010 hasta el 30 del mismo mes pero de 2021. Después de quedar libre y tras más de dos lustros, Deeney empacaba sus cosas para fichar por el Birmingham, bajar a la Championship y volver a la ciudad que le vio nacer.
En los primeros años de su carrera, Troy Deeney tuvo un periodo de inactividad y no fue por las lesiones. El inglés tuvo pasar por la cárcel después de una pelea a la salida de una discoteca de su ciudad natal en la que causo lesiones de gravedad considerable a dos hombres. Nueve años después (sucedió en 2012), Deeney se confiesa en un libro titulado 'Redención' que saldrá este próximo jueves en Inglaterra y cuyos fragmentos más interesantes ya adelanta la prensa local.
Alcholismo, peleas, cárcel y redención
En un largo fragmento publicado por The Sun, Troy Deeney cuenta como todo empezó a torcerse en sus inicios en el Watford. El inglés llegó de ser protagonista en el Walsall a jugar poco con los hornets y decidió 'disfrutar' de la vida. "Todavía vivía en Birmingham y salía con mis colegas. Tenía mucho dinero y no jugaba, así que podía emborracharme cuatro o cinco noches a la semana y estar en forma para darlo todo diez o quince minutos al final de un juego. Salía por Birmingham y cogía el tren de las 4:30 a Watford, dormía en mi coche dos horas e iba a entrenar", explica.
Estas fiestas no siempre eran tranquilas. Según explica Deeney, una noche se vio envuelto en una pelea en una discoteca en Leeds y tuvo que fingir que el corte causado por un vaso que le tiraron la noche anterior se lo hizo en el entrenamiento. "Llegue de fiesta y me fui a las duchas a lavarme. No le quise explicar al entrenador que había pasado así que cuando empezaos el partidillo salté de cabeza con Aldred, que era un gran defensa. Lo hice de tal manera que chocó contra mi y bajé sujetánfome la cabeza. El fisio vio el corte de la noche anterior y me cosieron sin que nadie se enterara de que había pasado", confiesa.
El episodio que le costó la cárcel fue parecido. A la salida de una discoteca en Birmingham se formó una pelea en la que se vio involucrado su hermano. Ambos estaban afectados después de que el día anterior a su padre le hubieran diagnosticado un cáncer. Ambos fueron al cumpleaños del mejor amigo de Troy y la noche se complicó. "Perdí la cabeza. Entre como alguien que limpia un ruck en un partido de rugby. Golpee a un muchacho y le mandé contra un taxi. Le sentí tirar de mi pierna y, si sabes pelear, cuando alguien te agarra sabes que puede que tenga un arma. Así que le di una patada en la cabeza. Lo apagué. El tipo podría haber muerto", afirma. Deeney escapó, pero volvió a por su hermano, que estaba perdido, y ambos fueron atrapados por la policía acabando en la comisaria de Birmingham "donde se tomaron las fotos de los famosos Peaky Blinders en los viejos tiempos".
Su padre falleció esa semana por el cáncer diagnosticado. "Enterramos a mi papá un viernes. El lunes siguiente estaba en la cárcel", escribe. Por si fuera poco, las peleas de bar estuvieron presentes hasta en el día del funeral. "Dos viejos le dijeron algo inapropiado a mi hermana sobre mi padre. Minutos después alguien llegó y me dijeron que le siguiera. Encontramos a unbo de ellos en el bar y como si nada, nos encaramos con él. Le sacamos fuera... ", confiesa.
Despúes de eso fue sentenciado a 10 meses de cárcel por fracturar la mandíbula a Nathan Parton y Liam Baister, al que pegó en la cabeza, al que dieron 16 puntos en el labio. En la cárcel, conocidos de su padre, que también tuvo una vida complicada, le abroncaron. Ahora, años después, celebra su reinserción. "Soy más feliz que nunca con mis hijos y mi mujer. Sería fácil volver a buscar problemas, coquetear con el desastre, pero peleo todos los días para no volver a mis viejos hábitos", reconoce.
Ahora, de vuelta en Birmingham, solo quiere pelear con defensas de manera justa para hacer disfrutar a su vecinos en la Championship. De momento, ya suma un tanto en sus primeros cuatro partidos.
"Mi padre llevaba un tipo en el maletero"
En este mismo diario se publica otro fragmento de los inicios de su carrera en el Walsall y una de las historias de su padre, antes citado. Según narra el propio Troy, camino a un partido, se dio cuenta de que su padre adoptivo llevaba un tipo encerrado en el maletero. "Cuando salí del partido me esperaba en un Mercedes. Él no tenía coche, ni siquiera carnet. Nunca había pasado el examen, ni siquiera lo había hecho. Asumí que tenía un Mercedes 'prestado' y me subí. Tenía la música muy alta y todo estaba bien. Íbamos hablando sobre el partido y paró para repostar. La música se apagó y oí golpes saliendo del maletero. Mi padre me dijo: "No te preocupes, hay alguien ahí atrás pero le dejo en nada. Le debe un dinero a un amigo así que le he llevado hoy de excursión. No te preocupes le he dado de comer y está bien. Le voy a dejar en un rato y te apuesto algo a que va a pagar. Ahí estaba yo intentando hacerme una carrera en el Walsall e íbamos dando vueltas con un tipo en el maletero", escribe el delantero inglés. Según The Sun, el tipo encerrado por su padre en el maletero era un traficante de drogas.