Hazard: brotes verdes
El belga salió por Modric en el minuto 73 y se mostró activo y participativo en el tramo final del encuentro: asistió a Isco, que estuvo cerca de marcar
La noticia llegaba una hora y media antes del comienzo del partido. Ancelotti dejaba de nuevo a Eden Hazard en el banquillo. Seguía apostando por Vinicius por la banda izquierda, Asensio, tras su formidable encuentro ante el Mallorca por el centro, y con Rodrygo, dinamizador ante el Valencia la semana pasada, por la banda derecha. El belga volvería a comenzar un encuentro fuera del terreno de juego. Ya dicen los entendidos que “lo que funciona, lo mejor es no tocarlo”. Y después del festival goleador del pasado miércoles ante el Mallorca (6-1), el técnico italiano decidió seguir con su apuesta, triunfadora hasta el momento.
En un día espeso de los cuatro atacantes blancos (el Madrid tiró dos veces a puerta, una de Vinicius y otra de Benzema, según datos de Opta), la salida al campo del belga trajo algo de ruido y algarabía al juego blanco. Entró al campo en el minuto 73 por un Modric cansado de acarrear balones una y otra vez al frente del ataque. Y su salida tuvo un efecto gaseosa que perduró hasta el final del encuentro. Refrescó el ataque, ayudó a embotellar al Villarreal en esos 20 minutos finales (dio 8 pases buenos de 10 intentados), se movió por el frente del ataque, a veces estorbándose con compañeros… pero quiso poner orden y sentido a cada ataque final blanco. Incluso sacó un centro que fue rematado por Isco en el que pudo haber sido gol de los madridistas. El belga progresa adecuadamente…
Ya ante el Valencia fue uno de los más destacados, pero Hazard no debe quedarse ahí. Hasta el momento sólo suma una asistencia (a Benzema ante el Alavés), pero debe de dar un paso contundente y asumir más responsabilidades: es lo que se le exige a un jugador de su talla. Él sabe que de su rendimiento en esta temporada se juega su futuro de blanco, y no está desaprovechando los minutos que le da Ancelotti, pero sabe que lucha contra tres elementos: primero, la competencia dentro del equipo: las buenas actuaciones de Rodrygo, el estallido de Vinicius en este comienzo de temporada y el aprovechamiento de Asensio jugando en una demarcación en la que él mismo actuó ante el Valencia (por detrás de Benzema), hace que parta prácticamente de cero. El segundo es él mismo: volver a ser el jugador que maravilló durante el Mundial de Rusia-18 y que le llevó al Real Madrid un año después. El tercero, es la afición, siempre exigente, del Real Madrid: se le recibió con una ovación, pero al seguidor blanco ya no le chirría ver su nombre en el banquillo, esperando una oportunidad. Un detalle: el orden de los factores no altera el producto.
Al término del encuentro, en la conferencia de prensa, el propio Ancelotti explicaba que iba a tener minutos en los próximos partidos: el martes, los blancos se miden al Sheriff, el próximo domingo al Espanyol en Barcelona, para, tras el parón de la Nations League, medirse al Athletic en el Bernabéu y viajar a Ucrania para enfrentarse al Shakhtar. Después de estos cuatro encuentros llega el Clásico (domingo 24, a las 16:15 horas) en la Ciudad Condal. Será en estos cuatro partidos cuando el belga pase un nuevo examen, tanto para la afición como para él mismo. Pero los primeros síntomas de brotes verdes comienzan a aparecer en torno a la figura de Eden Hazard.