Butarque, antídoto para el farolillo
El Leganés se aferra a un "estadio de Primera" (Vélez de Mendizábal dixit) para salir de la última plaza "circunstancial", repiten al sur de la capital. El Amorebieta, rival envenenado.
Dice el tango que 20 años no es nada. Y puestos a relativizar, también restan importancia en Butarque al farolillo rojo que ocupa ahora el Leganés casi dos décadas después de hacerlo en la categoría de plata por última vez. Sucedió en noviembre de 2002. Una eternidad en términos futbolísticos. Ahora el Lega es otro. Vive en las antípodas de la exigencia multiplicada por mil. Pero el club ha aparcado ante el Amorebieta (siga el partido en directo en As.com) el objetivo del ascenso para centrarse en el partido a partido y desmontar la urgencia del momento bajo el eufemismo de un 'acontecimiento accidental'. Que si esta plantilla tiene potencial, que si el equipo está mejorando, que si el apoyo del público (hoy entrarán todos los socios) ayudará a evitar la crisis…
"Pero somos últimos. No hemos ganado a nadie. Son nuestras circunstancias. Hay que admitirlo", reconocía el jueves un Garitano que no se fía del Amorebieta por eso de ser viejo conocido (se vieron en Segunda B hace sólo ocho años ya con Asier en el banquillo) y haber competido hasta la fecha mejor que los pepineros. Los zornotzarras les sacan tres puntos. Eso es incuestionable.
Realidad matemática con la que combatir la relajación de quienes creen al sur de la capital que vencer a un recién ascendido debería ser sencillo. "Pues ya hemos jugado contra tres que han subido esta temporada y no hemos ganado. No estamos para pensar que ganamos fácil a nadie", insistió el técnico blanquiazul en un discurso 'Garitaniano' con el que avisar que, pese a las buenas señales que emitió el equipo en Eibar y Gijón, nada es fácil. Menos en Segunda.
Vuelve la artillería
Aferrado a esos amagos de mejoría y las buenas estadísticas blanquiazules (el Lega es el equipo que más tira, el que más centra), cree el preparador de Bergara que los suyos están en disposición de lograr la primera victoria del campeonato. Lo hará tras recuperar la artillería de sus internacionales (Bárcenas, Omeruo y Gaku), amén del contagiado Arnáiz, todos ausentes en los dos últimos partidos. Recio y Perea se caen por molestias, al igual que Avilés. Pardo y Gaku apuntan a la sala de máquinas y el meritorio Randjelovic, a la banda derecha. El serbio competirá con el canterano Naim por la titularidad en el extremo tras su buen hacer en El Molinón.
Estadio de Primera, ambiente de Primera
Herramientas con las que desmontar el engranaje del enemigo. Es el Amorebieta conjunto serio que, en su corto periplo en Segunda, ha lucido virtudes propias de un veterano en la categoría. No sólo su firmeza defensiva, sino también un descaro en la presión que ya le ha permitido acumular dos duelos consecutivos sin perder. Butarque, quiere Vélez de Mendizabal, podría ser el tercero. Dice el técnico que les motiva eso de visitar un estadio hasta hace nada de Primera para medirse a un enemigo "con plantilla y cuerpo técnico muy buenos".
En su pizarra, una defensa de tres centrales y la seguridad de ir consolidando un once fijo como principales herramientas con las que combatir al enemigo pepinero. La consolidación de San José en el eje de la medular se antoja como pilar para un duelo en el que Bilbao y Peña orbitarán alrededor de este ex del Athletic habitual de Butarque en tiempos de Segunda y Segunda B, cuando visitaba a su amigo Eraso. Ahora lo hará como referencia de un enemigo incómodo que pretende extender la crisis en Leganés y, de paso, platear más las sienes pepineras que se sienten encerradas en el tango de ser colistas, por mucho que insistan al sur de la capital que salir de ahí, como lo de los 20 años, no sea nada.
Ases a seguir:
Leganés. Fede Vico. Se ha acomodado en la titularidad a lomos de su potencial físico y presencia en el área. De lo más destacable en este mal inicio pepinero.
Amorebieta. Larrazabal. Dos asistencias en tres partidos. Está siendo un puñal por la banda derecha. Ha encontrado en el carril el lugar perfecto para desarrollar sus virtudes: potencia, desborde y centro.
Claves:
Ansiedad. El paso de los minutos y la ausencia de gol puede ser losa para un Leganés que teme su propia impotencia ante rivales ‘asequibles’.
Valentía. El Amorebieta no duda en adelantar líneas para incomodar la salida del rival. Algo que, por contra, puede conllevar algún riesgo.
Banquillo. El Leganés ha lucido capacidad de reacción con los cambios en los últimos encuentros. Las altas invitan al optimismo del banquillo.
Nervios. Los azules buscarán aprovecharse del posible nerviosismo o ansiedad que pueda tener el Leganés, al ocupar la última plaza y sin haber ganado todavía.