Los fallos individuales lastran la mejoría colectiva del Leganés
Ante el Sporting el Leganés mostró de nuevo una cara más sólida, cercana a la línea de Eibar, pero fallos individuales lastraron el marcador. “Ahora todo nos va en contra”
Se dibuja en Butarque ambiente de preocupación. Lo dice la aritmética: dos puntos de 15 posibles son bagaje escaso. También alejado de las sensaciones que, sobre todo en los últimos dos partidos, ha dibujado este Leganés aspirante al ascenso. Eso era antes. Ahora al sur de la capital se piensa más en el día a día para evitar que el agujero negro acabe en tragedia cósmica. En la lucha por la permanencia. Un asunto, el de verse en el pozo no se percibe como riesgo inminente, pero que tampoco se descarta. Aún así, hay esperanza. Porque, pese a brillar entre tinieblas, se ve un hilo de luz en las percepciones pepineras.
El partido ante el Sporting, insiste la expedición blanquiazul, fue mejor de lo que dice un resultado que (cierto) pudo ser más nefasto si cabe (a Djuka le anularon el 3-0 por fuera de juego), pero también mejor (Randjelovic tuvo un balón al larguero en el 89’). “La justicia en el fútbol es eso: lo que dice el resultado”, se consolaba un Garitano que insistía en que al Sporting “se le puso todo de cara con el 1-0”. “Con su gol se nos ha puesto todo muy feo”, repetía luego Fede Vico, más pesimista que su técnico. “La verdad es que estamos mal”, insistía el cordobés.
El gol tempranero y rocambolesco de Fran Villalba (minuto 3) fue mazazo duro, y aun así "el equipo ha reaccionado bien”, decía Garitano. ¿Qué sucedió para no igualar? “Ahora todo nos va en contra”, respondía una voz autorizada del equipo blanquiazul ya de vuelta a Madrid, la misma persona que admitía que el equipo mereció más, pero que los fallos individuales fueron lastre para esa mejoría global sin que tampoco el juego colectivo sea el esperado… pero desde luego mejor que en el arranque de curso.
Errores individuales, derrota colectiva
Fue ahí, en esos momentos puntuales, cuando el Leganés se resquebrajó y mandó al garete todo lo bueno hilado durante el partido. En el 1-0 hubo unos cuantos. Desde la mala posición de Naim (demasiado centrado), hasta la falta de presión de Rubén Pardo al rematador, pasando por el rechace y reacción tardía de Riesgo. Todo unido supuso el relato de una desgracia. El 1-0 como castigo duro apenas pasados tres minutos de partido.
Algo similar sucedió en el 2-0, cuando, con el Leganés dominando al Sporting (tuvo más posesión, el 55%), Quintillà se quedó un par de metros descolgado y habilitó a Aitor. El extremo pudo rematar solo ante Riesgo porque precisamente Quintillà trató de tirar tarde el fuera de juego y abandonó la marca al atacante. El defensa cedido por el Villarreal comenzó de extremo y acabó de lateral sin brillar en lo uno y lo otro. Una mala noche.
El aviso de Eibar
Fallos que costaron el partido y deslucieron la opción de un empate que, por lo generado ya en el tramo final del encuentro, no habría sido descabellado. Algo similar pudo pasar en Eibar, donde algún error en el área blanquiazul también amenazó con costar el partido y mandar al limbo el empate que finalmente cosechó el Lega en Ipurua.
“Pero es que eso es fútbol. Ellos fallaron una al final y cinco minutos antes tuvimos nosotros otra. Es así. Si no, no habría goles, errores, ni nada. Iremos mejorando individual y colectivamente. Insisto, todo desde una perspectiva normal y de tranquilidad”, trataba de quitar hierro a la cuestión Asier Garitano en la previa del partido ante el Sporting cuando fue preguntado precisamente por los errores individuales de algunos jugadores, una de las asignaturas pendientes del Leganés en este mal comienzo de temporada.