¿Por qué Vargas no ha triunfado en el Espanyol?
Ex miembros del club perico opinan sobre las causas que han podido impedir el rendimiento de una de las apuestas más caras (10,5) de la historia del club
Dos años después de que Matías Vargas aterrizara en el Espanyol y los aficionados blanquiazules se frotaran las manos por la llegada de la promesa argentina, quien ya había sido citado por la absoluta, el extremo se ha marchado de la entidad por la puerta de atrás, cedido una campaña al Adana Demirspor, una patada a seguir para ahorrarse la ficha. El Monito no ha triunfado en el Espanyol. El argentino costó 10,5 millones de euros y Vélez, su club, se quedó con el 20% en caso de una futura venta. “Llegaron a pedir 15”, recuerdan desde el entorno blanquiazul.
Para intentar averiguar qué se esconde detrás de su escaso rendimiento opinan tres personas cercanas a la entidad blanquiazul en el pasado que conocen bien el mercado y lo que rodea al futbolista. “Sinceramente, creo que no tenía tanto nivel”, se arranca el primero. “El club hizo una inversión muy elevada para un Espanyol y eso requería hacer un equipo alrededor de él porque el jugador no tenía la virtud de adaptarse a diferentes modelos”, explica el segundo. "Le veíamos en los entrenamientos condiciones para ser un jugador competitivo en LaLiga", añade el tercero. A partir de ahí, se ahondan los razonamientos.
"Lo entendería si el modelo del Espanyol fuera estable"
El primero de ellos se centra en la elección del Espanyol por fichar al extremo. “Un club como este no se gasta esa cantidad de dinero por un jugador más, sino por un futbolista en el que construir su modelo. Es su jugador franquicia: un extremo potente que juega a pierna cambiada, joven e internacional. Lo entendería si el modelo del Espanyol fuera estable y no variara. Pero no es así”, declaró.
Con David Gallego, el jugador fue titular en siete de las primeras ocho jornadas, pero el Espanyol no carburó ni el jugador pudo lucir su juego. “No tuvo problemas de adaptación personales. Él con 13 años se fue de su pueblo a Buenos Aires, que está a 800 kilómetros. Está acostumbrado a ello. Además, tuvo a un entrenador exigente como Gabriel Heinze, que le apretaba”, subraya una de las fuentes. “Pero los malos momentos le llevaron a la precipitación y la falta de confianza”.
"En los entrenamientos le veíamos condiciones para ser un jugador competitivo y titular. Tenía desborde, buen tren inferior, gol, buen nivel técnico... Quizás no era rematador en el segundo palo ni tenía pierna izquierda", añadió otra voz que vio a Vargas de cerca. "Lo que ya desconocemos es cómo él gestionó a nivel emocional salir del equipo, no jugar y verse en un segundo plano".
Y eso ocurrió con Machín. El Espanyol dejó de jugar con extremos, Vargas probó de carrilero o de mediapunta, pero apenas participó en cinco encuentros. “Cuanto te gastas tanto dinero pones al jugador es un alto escalón de exigencia que no era el adecuado. Si hubiera costado tres o cuatro millones, se hubiera tenido más paciencia y el jugador habría tenido menos presión”, añadió.
"Puedes entrar por los ojos, pero debes ser eficaz"
Tampoco las cosas mejoraron con Abelardo Fernández, ni con Francisco Rufete en el banquillo ni con mucho menos Vicente Moreno. En ese año y medio, el jugador solamente jugó ocho partidos de titular. “Quizás necesitaba un paso intermedio. Tiene calidad que llama la atención, pero se debe ser eficaz. Puedes entrar por los ojos con regates, pero debes ser eficaz”, explica una fuente. “Esperar que el extremo rindiera con Machín es un despropósito por el sistema del técnico”, zanja la otra.
A la espera de la regeneración de Vargas, que termina contrato en 2024, por el momento no ha sido un gran negocio para la entidad blanquiazul, que entre el coste de su traspaso y el salario del jugador podría invertir entre 18 y 20 millones a la finalización del mismo.