La 'pena máxima' que persigue a Raúl de Tomás desde abril
El delantero, que acabó la temporada fallando tres penaltis seguidos, ha vuelto a recaer. Antes de llegar al Espanyol, solo había fallado dos en toda su carrera.
Con un tiro sobre Dragan Rosic, con el que se abría la goleada del Espanyol ante el Fuenlabrada (4-0), certificaba Raúl de Tomás el pasado 1 de abril el que iba a ser su último gol de penalti durante, al menos, una buena temporada. Poco podía imaginar el delantero del Espanyol que fallaría tres seguidos en las tres jornadas siguientes, que acabaría cediendo el balón a otro compañero, y que su ineficacia se trasladaría incluso a la campaña actual.
Ante el Rayo Vallecano, en el amistoso de pretemporada disputado este sábado en el Marbella Football Center, De Tomás marró su cuarta pena máxima consecutiva, que regaló a Luca Zidane –el hijo del entrenador que dirigía al Real Madrid cuando el ariete se marchó traspasado, hace dos veranos–. Lejos de esta anécdota, y de que se trataba de un partido de preparación, sorprende la falta de puntería desde los 11 metros de quien fuera 'pichichi' de Segunda la pasada campaña, capaz por ejemplo de anotar un gol desde campo propio.
Tras aquel gol en el RCDE Stadium frente al Fuenlabrada, encadenó Raúl de Tomás penaltis fallados ante Albacete, Leganés y Almería en apenas dos semanas, hasta el punto de que en la siguiente jornada, cuando al Espanyol volvían a decretarle una pena máxima a favor por una mano de Eric Curbelo, contra Las Palmas, directamente le cedió el esférico a Adrián Embarba. De nada sirvió que la trascendencia de otro error hubiera sido muy relativa, dado que los pericos ya ganaban en ese momento por 3-0.
La racha firmada por De Tomás, aunque se descuente el amistoso de este sábado, es harto inusual en su carrera, ya fuera en Primera o Segunda. Antes de firmar por el Espanyol, había fallado solo dos de los 13 de que había dispuesto con el Rayo (convirtió cuatro), Valladolid (tres) y Córdoba (dos). Es decir, que solo desperdiciaba el 15 por ciento. La pasada temporada, con tres de siete fallados, aumentó hasta el 43 por ciento. Sin embargo, en año y medio en el Espanyol ya ha transformado más penaltis que en ningún otro equipo: cinco. Ese es el camino.