Pacheta se convierte en la vacuna del optimismo
El técnico logra, son su actitud y sus declaraciones, mejorar el estado de ánimo de un equipo, de un club, de una afición todavía de luto por el último descenso.
Pacheta, el pachetismo, lo inunda todo ahora mismo en el Real Valladolid. Cualquier declaración suya eleva la moral de la tropa, sus mensajes aumentan el nivel de la ilusión de una afición desencatada con el club, con el equipo, por el descenso, por la pandemia, por no haber sido capaces de mantenerse en esa ola buena de identificación del hincha blanquivioleta con su equipo. Cada frase del técnico burgalés es un agujero tapado en las grietas que el común de los vallisoletanos sintió la temporada pasada. Y lo hace a base de elogiar el trabajo, el esfuerzo, de mostrar su completa identificación con el proyecto. Ya lo dijo desde el primer día "voy a pedir compromiso total" a aquel que se quede. Y no se queja. Ni siquiera de lo larga que es la plantilla actualmente o del parte de bajas que ya tiene, empezando por el positivo de Alcaraz.
Y es que Pacheta es todo ilusión y optimismo, desde la primera declaración, "la primeras impresiones son fantásticas, estoy encantado" respecto al inicio del trabajo con los jugadores y enseguida habla de trabajo: "Estamos intentando establecer nuestro modelo, intentando repetir lo que nos ha ido muy bien, ajustando los desayunos, el trabajo diario, la prevención, la recuperación, la alimentación", insistiendo en aquello que se ha vuelto un mantra: "Tenemos que trabajar más y mejor para acercarnos a la victoria. No me pagan para trabajar mucho, sino para trabajar bien" y apuntó a que uno de sus objetivos: "Es hacer a los jugadores mejores", mientras señaló que "quiero llegar al primer partido (en Las Palmas) como aviones".
El entrenador explicó que "las dobles sesiones (como la de hoy), cuando se juega de domingo a domingo, es más difícil porque nosotros alargamos mucho el entrenamiento de la mañana. El jugador llega a las 8:45, desayuna, a las 9:20 van todos al gimnasio a hacer un trabajo preventivo individualizado, todos los días, trabajo de fuerza, trabajo en el campo, recuperación. Hay varias maneras, ellos eligen como lo quieren hacer, estirar, trabajo con el preparador físico, comen y se marchan. Por las tardes habrá sesiones voluntarias con trabajo controlado y después habrá trabajo específico con algunos jugadores o un trabajo de tarde, con todo el grupo, muy específico". Ante este detalle del día a día, Pacheta resaltó que "a la una y media, dos, pueden estar fuera, depende del ratito de tertulia que tengan después de la comida que es para lo que es. No sólo es la alimentación es el buscar que el jugador conozca al de al lado, si su padre está sano o si tiene problemas con sus hijos o con su mujer. Conocer al de al lado es tan importante como entrenar. Cuando corres por el de al lado se consiguen cosas interesantes".
Por último, sobre la relación que tendrá con Baptista, entrenador nombrado hoy del Promesas, el técnico advirtió de que "seguro que tendremos una relación fluida y estupenda. A nosotros nos gusta que en el entrenamiento esté el filial, el juvenil, tiramos más de ellos. Sé en la categoría que están, durísima y van a tener mi ayuda entera".