Donnarumma, el muro de Italia: pocas paradas, pero decisivas

Parece mentira, pero Donnarumma tiene 21 años. Estamos tan acostumbrados a su cara y a su figura imponente bajo los palos, que nos olvidamos de que su carrera acaba de empezar. Si siguiera los pasos de Buffon, del que siempre fue considerado el heredero, a 'Gigio' le quedarían unos 22 años de partidos por delante. De momento, suma 251 con el Milan y 31 con Italia. El primero llegó en 2015, cuando tenía 16 años, gracias a una intuición de Sinisa Mihajlovic. Era poco más que un niño y, a partir de aquel 25 de octubre, ya no volvió a salir del césped. Nació en Castellammare di Stabia, cerca de Nápoles, siempre fue milanista y por eso, quizás, el desenlace de su aventura rossonera decepcionó mucho. Donnarumma no encontró un acuerdo para renovar y se fue como agente libre.

Hasta ahora lo hizo sin despedirse, aunque es muy probable que lo haga una vez terminada la Eurocopa. Raiola le encontró una nueva aventura, el PSG, donde ganará más de 10 millones netos durante los próximos cinco cursos. Una decisión valiente, que le costó críticas y pitos hasta en las ‘notti magiche’ del Olímpico, cuando Mancini le sustituyó con Sirigu. Donnarumma, sin embargo, demostró tener los hombros suficientemente fuertes para aguantar toda esta presión, y para ser decisivo cuando su equipo lo necesita. Italia defiende genial y le dio poquísimo trabajo: apenas recibió siete remates a puerta, nadie lo hizo mejor en la Eurocopa.

El cancerbero solo tuvo que ejecutar seis paradas en estos cinco partidos, ¿pero han visto las que se sacó de la chistera ante Bélgica? Sin la mezcla entre sus reflejos y sus 196 centímetros, lo más probable es que al menos un disparo entre los de De Bruyne y Lukaku habría terminado inflando la red y cambiando la historia. Donnarumma, que ha firmado 987 minutos sobre los 1168 sin encajar goles del récord azzurro, disputará ante España el enfrentamiento más importante de su vida. Le tocarán muchos más partidos de este nivel, su camino está trazado: será leyenda.