La encrucijada del Atlético B
El segundo club rojiblanco cayó a la Tercera RFEF y, aunque está pendiente por si queda plaza en una categoría superior, deberá decidir qué hacer con sus referentes.
El Atlético B ha vivido una temporada crítica en el peor momento posible, en plena reconstrucción del fútbol español. Después de dos temporadas seguidas peleando por el ascenso a Segunda División, cayendo en los playoffs tras unas fantásticas actuaciones con grandes generaciones de futbolistas asomando, este curso tan atípico por el momento de pandemia y las dudas alrededor del nuevo sistema, han acabado con el club colchonero descendiendo de golpe dos categorías y teniendo que disputar a partir de la próxima campaña la nueva Tercera RFEF.
En primera instancia estuvo a una victoria contra el Navalcarnero de evitar perder la primera categoría. El encuentro acabó en empate y hubo que pelear por un playoff de descenso para que la caída no fuese doble. Se salvaban los dos primeros clasificados y los dos mejores terceros, pero el Atlético acabó cuarto, manteniéndose en la Segunda RFEF el Melilla y el Socuéllamos y perdiendo también el sitio el Puebla como peor tercero. Así, se consumó la peor de las noticias, y ahora el Atlético debe plantearse un gran dilema sobre el futuro de su segundo equipo. El club está atento por si en algún caso quedase disponible una plaza en la Primera RFEF o en la Segunda, pero jurídicamente parece complicado.
Ahora, la principal disyuntiva pasa por qué hacer con las principales figuras del segundo equipo. Borja Garcés (Fuenlabrada), Germán Valera (Tenerife) y Sanabria (Zaragoza), siguieron en el mercado invernal el camino que habían tomado Riquelme (Bournemouth), Manu Sánchez (ascendió al primer equipo y luego salió a Osasuna), Cedric (primero Oviedo y luego Albacete) o Darío Poveda (Getafe) entre otros y se marcharon cedidos para ganar experiencia en una categoría superior. Mollejo (que continuará en el Mallorca tras su ascenso) o Montero, repitieron préstamos y Óscar Clemente, Dos Santos o Carlos Isaac se desligaron del club el pasado verano.
El Atleti B ha estado bajo el mando de la Academia, buscando priorizar la evolución de sus jugadores e ir subiendo juveniles para que tuviesen sus oportunidades en un equipo muy joven, con una media de edad que no alcanza los 21 años. Pero, de cara a los intereses de Simeone, el salto entre la Tercera RFEF (quinta categoría del fútbol nacional) y la Primera División es enorme y el Cholo ha tirado del segundo equipo para entrenamientos, resolver dificultades en la primera plantilla e incluso tener oportunidades en Copa del Rey o Liga (esta temporada únicamente Ricard participó en la competición doméstica cerrada con el título). Con el técnico argentino han debutado 36 canteranos, aunque ha sido difícil encontrar continuidad más allá de Saúl, Óliver, Lucas, Thomas y más recientemente Manu Sánchez.
Ahora, es momento para que los jugadores cedidos retornen a su club de origen, pero tras jugar la mayoría de ellos en Segunda, la Tercera RFEF sería un paso atrás en su carrera. Algunos de ellos como Manu Sánchez o Borja Garcés han dejado muy buenas sensaciones en sus cesiones y se han hecho con muchísimos minutos. Y en el propio Atleti B hay jugadores con un futuro enorme y algunos con una edad ligeramente superior a la media que deberán analizar su futuro. Sergio Camello ha sido un habitual en los entrenamientos del primer equipo y un comodín en las convocatorias de Simeone cuando había ausencias arriba. Ricard ha contado en Liga y Copa, San Román ha ejercido todo el curso como tercer portero, Toni Moya lleva años capitaneando al equipo, Álvaro García pone seguridad y experiencia en el centro de la defensa y Mario Soriano, Simeone o Javi Serrano han seguido evolucionando como la nueva generación de futbolistas rojiblancos.
Falta por ver como se desarrolla el nuevo proyecto atlético, con el primer y gran objetivo de ir recuperando categorías para volver a estar cuanto antes más cerca de la élite (no hay que olvidar que el Atleti B llegó a finalizar segundo clasificado en Segunda División la temporada 1998-99), pero también cuidando el futuro de sus principales figuras y teniendo en cuenta las tres categorías que hay por encima (Segunda RFEF, Primera RFEF y Segunda División) antes de llegar a la máxima división. Si se espera un proyecto continuista tras el título de Liga en el Atlético, será un verano movido en las oficinas del segundo equipo colchonero.