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EUROPA LEAGUE (FINAL) | MANCHESTER UNITED-VILLARREAL

Una final sin mascarillas y sin estado de alarma

La mayoría de seguidores del Villarreal han llegado este martes a Polonia, donde las restricciones son mucho menos severas.

Una final sin mascarillas y sin estado de alarma
DIARIO AS

Los seguidores del Villarreal, la gran mayoría de la provincia de Castellón y de la Comunidad Valenciana, llegaron este martes a Gdansk con la ilusión por las nubes y con las ganas de vivir su primera gran final de su vida. Una sensación que será una novedad para todos ellos, que nunca pensaron que acabarían viviendo una experiencia de ese calibre.

Pero sí lo que les espera en el campo va a ser especial y diferente, puede que lo que se han encontrado en la ciudad les ha sorprendido mucho más. Y es que tras varios meses viviendo en una de las comunidades con más restricciones Covid del país, y puede que de toda Europa, los amarillos se han encontrado con la nueva normalidad. De golpe han encontrado esa libertad que hace tiempo sueñan y desean tras tantos meses. Y es que al llegar se han encontrado con el primer gran impacto, el de ver a la gente sin mascarilla por las calles. Mientras la afición del Villarreal está obligada a llevar la suya, una FFP2 en todo momento, la gente en Gdansk ya no la usa. Un cambio al que se suma la relajación que se ve y vive en la calle, muy diferente a lo que se vive en nuestro país. En Gdanks se vive a un ritmo diferente al que se vive en Castellón, que sigue con toque de queda y con medidas restrictivas bastante altas.

En este primer viaje se ha desplazado casi la mitad de los 2.200 seguidores que estarán en la final, mientras que el resto llega este miércoles en el viaje de un único día. Cinco aviones que salieron de los aeropuertos de Castellón y Valencia, lo que hizo que por un día ambos aeropuertos recuperaran cierta normalidad y cierto caos. Una normalidad que genera cierto respeto en las autoridades locales y sanitarias, que han pedido a los amarillos que hagan lo mismo que en casa, que sigan las mimas pautas que seguían en su día a día. En resumen, les han pedido que no se dejen llevar por esa otra realidad que hay en Gdansk, la de ir sin mascarilla, la de no mantener la distancia social y la de los bares de antes. Algo que no será nada fácil después de tanto tiempo.