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BARCELONA

Koeman, de vuelta al trabajo en posición de debilidad

Laporta le ha señalado y tiene las horas contadas. Xavi y Flick siguen sonando; en días se sabrá el sustituto del holandés, al que el presidente ha dejado sin credibilidad.

Actualizado a
Koeman, con Piqué y Messi en el entrenamiento.
JOAN M. BASCUDIARIO AS

Después de dos días de descanso tras el hundimiento contra el Celta, Koeman dirigirá este jueves el entrenamiento en una posición de debilidad extrema. Laporta ya ha desacreditado su trabajo en público, con un anuncio de cambio de ciclo y un reproche a la eliminación en la Champions y la manera de perder LaLiga ("incomprensible"). Para el técnico holandés no será fácil manejar esta semana. Sus jefes ya no le apoyan y a Koeman ha debido venirle a la cabeza esa frase en la que insistía hace un mes: "Laporta me ha demostrado su confianza y mientras sea así...". La fe le duró poco al presidente.

Laporta no ha anunciado públicamente que Koeman no seguirá porque todavía no tiene un recambio. Xavi ha vuelto a Barcelona de vacaciones pero con ganas de dar ya el paso de dirigir al equipo de toda su vida. Pero Laporta y su círculo de confianza tienen dudas. Tal vez por eso haya asomado en escena el nombre de Hansi Flick. Según informó RAC-1, es el candidato número uno para ser entrenador del Barça la próxima temporada. Según dicha emisora, el presidente del club azulgrana, Joan Laporta, ha telefoneado al entrenador alemán, actual campeón de la Bundesliga con el Bayern y ganador del Sextete el último curso, para que no acepte la oferta de la selección alemana y valore la proposición azulgrana. El anuncio de Flick podría poner en discusión la continuidad de los pesos pesados del Barça (Piqué, Busquets, Alba, Sergi Roberto) y tendría que ser valorado por Messi, que ha tenido una buena relación con Koeman y que, tal vez, podría estar esperando a Xavi si es que se iba el holandés.

Mientras, a Koeman le tocará lidiar con la plantilla hasta el partido contra el Eibar. Aterrizado en Barcelona a finales del pasado mes de agosto, el holandés devolvió un ambiente saludable al vestuario, mejores costumbres de trabajo y un ambiente de camaradería que le llevó a ganar la Copa. En el final de temporada, sin embargo, se entregó a los capitanes. El equipo, envejecido, bajó su tren de juego y llegaron los disgustos.