Un gigante llamado Carrasco
El belga volvió a ser determinante con su asistencia a Suárez y ha participado en nueve goles en los últimos siete partidos. Se crece en los momentos calientes.
Yannick Carrasco quiere LaLiga y no piensa descansar hasta conseguirla. El belga se ha echado la responsabilidad ofensiva a la espalda en este final frenético de temporada y ante Osasuna la pidió, quiso ser protagonista en los minutos finales cuando se estaba escapando el liderato y dio una asistencia de oro a Suárez en el gol que devolvió al Atlético a lo más alto y deja a una victoria en Valladolid el título. Antes ya había marcado, pero su gol fue anulado por fuera de juego.
Convocado por Roberto Martínez para la Eurocopa, Carrasco pasa por el mejor momento de su carrera, a los 27 años en plena madurez futbolística, entregado en pos del equipo y siendo resolutivo en los metros finales. Y el belga siempre crece en los partidos calientes. Autor del gol rojiblanco en la final de la Champions de 2016 tras salir desde el banquillo, es habitual ver como Carrasco brilla en escenarios como el Camp Nou, donde esta temporada volvió a dejar una actuación notable tras haber marcado el gol en el Wanda Metropolitano para derrotar al propio Barcelona o en el derbi contra el Real Madrid.
Si en el feudo blaugrana fue un quebradero de cabeza para Koeman sin el premio final del gol, ese partido es el único de los últimos siete en el que se marchó sin marcar o asistir. Un final de temporada a la altura del gran sueño que tiene por delante el Atlético y donde Carrasco es posiblemente el jugador más afinado del conjunto colchonero (otros como Correa también han dado un salto en esta etapa final del campeonato). Jugando más cerca del área rival está aportando regate, desborde, velocidad, pegada y esa generosidad que antes de marcharse a China en ocasiones se le echaba en falta. Todo ello sin descuidar su enorme trabajo defensivo que lleva realizando durante todo el curso, en muchas ocasiones como carrilero con muchísima responsabilidad también en su lado del campo.
Carrasco adelantó al Atlético contra el Betis en el Benito Villamarín en un partido que acabaría empatando Tello. Posteriormente lograría un gol y dos asistencias contra el Eibar, volvería a marcarle al Huesca, puso el centro para el tanto de Savic en San Mamés que suponía el empate momentáneo, también el pase atrás en Elche para el tanto de Llorente, antes de reencontrarse con el gol frente a la Real Sociedad y dar una asistencia a Suárez ante Osasuna que vale depender de sí mismo en la última jornada de Liga para ser campeón. Es decir, ha participado de forma determinante en nueve goles en los últimos siete partidos. En total, Carrasco ha marcado seis tantos y repartido nueve asistencias en Liga (más una de cada en Champions), el segundo con más pases de gol tras Llorente (11) y el quinto máximo anotador únicamente superado por Suárez (20), Llorente (12), Correa (8) y João Félix (7).
Un futbolista que volvió al club en enero de 2020 como tapado, después de que todos los esfuerzos se hubiesen centrado en Cavani y se le hubiese perdido la pista en China, donde sus grandes números goleadores perdían valor por la menor competitividad de la competición, pero que ha demostrado que puede ser toda una estrella en LaLiga. El regreso del mejor Carrasco al Atlético ha sido fundamental para Simeone, que se ha encontrado un jugador completamente centrado en ser determinante. Un comodín en su esquema y que siempre aporta, ya sea con un trabajo más oscuro en banda, como encarador de extremo, por delante de Koke más centrado o incluso de referente arriba. Carrasco es uno de los grandes protagonistas de este precioso final de campeonato y quiere más que nunca ser el que guíe al equipo al título.