NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ATLÉTICO

João Félix se suma

El portugués volvió a ser suplente ante Osasuna pero su entrada, cuando el Atleti peor lo estaba pasando, derrota, el Madrid por delante, se sacó el guante de la bota y... voilá.

MadridActualizado a
João Félix, en el momento en el que entra en el Atlético-Osasuna, sustituyendo a Saúl.
Rodrigo JiménezEFE

João Félix se suma, João Félix se sube a tiempo a ese barco que zarpa y no le deja en tierra. Porque si el Atleti se proclama campeón de LaLiga el próximo domingo, en la última oportunidad, de él depende, en su mano está, su bota habrá tenido mucho que ver. Y eso que en la tarde en la que el Atlético rozó la catástrofe ante Osasuna, el '7' volvió a ser suplente. Desde esa lesión de tobillo que le hizo perderse los partidos ante el Eibar y el Huesca, no logra entrar en el equipo. João Félix, un crack... en el banquillo. Partido a partido, Simeone elige a los hombres que le han traído hasta aquí. Correa juega por delante de João, esta jornada, la anterior, en el Camp Nou. Pero la calidad del Menino es innegable, brutal. Y ahí está, siempre esperando a que el entrenador argentino le saque brillo. Como ante Osasuna. Fue fundamental. 

Minuto 66, Simeone hace su primer cambio. Saúl sale, João Félix entra. Diez minutos después el plan de ser campeón era como ese punto brillante en el horizonte que se alejaba. El Madrid había marcado en San Mamés, ganaba, Budimir había rematado de cabeza ante Oblak, que resolvió con una de esas paradas milagros que sólo salen de sus guantes, pero de nada serviría. No. Desde la sala VOR llamaron al árbitro. La pelota había rebasado con creces la línea de gol. Oblak la había sacado de adentro. Gol. El Atleti perdía el partido y hasta el liderazgo. Entonces fue cuando João Félix comenzó a pulir su botín. Simeone pedía "cabeza" desde el banquillo. João le pondría el brillo. Quería ser protagonista, no le ardía el balón, al contrario, lo pedía, lo jugaba, buscaba. Encontró.

El inicio de la piña sobre Luis Suárez

Porque se subió al barco de este Atleti, equipo que pagó hace dos veranos 120 millones de euros por él, cuando más lo necesitaba, cuando iba a morir tan cerca de la orilla, sin LaLiga: alzó la cabeza y vio a Lodi, uno de sus mejores amigos dentro de la caseta. Pum, pase de esos que sólo él ve y pelota al brasileño que controló y pensó, controló y remató a la escuadra de Herrera. Gol de esos que se gritan con la boca del corazón, después de quitarse toneladas de nervios, miedos, fantasmas pasados. Gol y empate, a ocho minutos del final. Antes de que el árbitro lo pitara el Atleti ya ganaba, volvía a ser líder, a depender de sí mismo en la última jornada. Marcaría Luis Suárez en el 88 y, antes de que pudiera celebrar como siempre su gol número 20 con la elástica rojiblanca, los tres besos en sus dedos, un compañero ya le caía encima, el inicio de la piña. Era el Menino. Es la foto de cómo se sube. Al barco.