Hazard capta el mensaje
Tras su pésimo partido en Londres y sus carcajadas posteriores, ha encadenado dos suplencias que ha sabido aprovechar desde el banquillo: gol y asistencia.
La derrota en casa del Chelsea (2-0) que supuso la eliminación del Real Madrid en la Champions League ha dejado una secuela de efecto retardado y prolongado en Eden Hazard, que desde entones no sabe lo que es ser titular. El belga llegó a ese partido con la vitola de jugador fundamental, obligado a una actuación convincente con la que enderezar su paso por el Madrid, que en dos años oscila entre el suspenso simple y el muy deficiente.
No sólo no cumplió con ese pronóstico (su encuentro fue muy pobre, apenas apareció y cuando lo hizo, fue indoloro para su exequipo), sino que tras el duelo las cámaras le captaron en plenas carcajadas junto a Zouma y Mendy, el primero de los cuales fue su compañero durante la etapa de Hazard en el Chelsea. Risas entendibles desde lo personal, pero imposibles de asimilar en lo deportivo tras caer eliminado el Madrid de la Champions, la competición que mejor define al club blanco. Tanto fue así que al día siguiente Hazard se vio obligado a disculparse en sus redes sociales y, desde entonces, Zidane le ha tomado la matrícula.
Van dos partidos de Liga tras la debacle de Londres, contra Sevilla y Granada. Y en ambos casos, Hazard fue suplente y salió desde el banquillo en las segundas partes. Si Zidane quería que Hazard captase el mensaje, seguro que el belga ya se ha dado cuenta y de hecho ha sabido aprovechar sus ligeras apariciones para influir en el marcador de los encuentros del Madrid. Entre ambos duelos ha sumado 39 minutos en los que Hazard marcó un gol y asistió en otro.
Ante el Sevilla, apenas tuvo once minutos en los que apareció poco, pero al fin le brotó la fortuna, que tan esquiva le ha sido en su etapa en el Real Madrid, sobre todo en lo que a las lesiones se refiere (él, llegando con sobrepeso a las dos pretemporadas, no ha ayudado tampoco en ese sentido). El belga desvió un disparo de Kroos en el 94' para marcar el 2-2 final ante el Sevilla que mantuvo al Madrid en la pelea por la Liga. Sin ese punto, el equipo blanco estaría ahora necesitado de una derrota del Atleti para ser campeón; en las actuales circunstancias, con un empate rojiblanco le bastaría, siempre que venza a Athletic y Villarreal en las dos jornadas que le restan.
El futuro de Hazard, en el aire
Tras la suplencia en casa ante el Sevilla, la previsión era de que Hazard sí entrase en el once contra el Granada en el Nuevo Los Cármenes. Pero de nuevo Zidane le dejó en el banquillo, trasladado un mensaje claro: lo de Londres ha tenido consecuencias y Hazard deberá ganarse una nueva oportunidad de aquí al final del curso. Con el club ya maniobrando en torno a su futuro (se confía en que haga una buena Eurocopa que lo revalorice; no está descartado que salga si llega una oferta buena para todas las partes), el belga puede restituir su imagen ante la afición madridista en buena medida si contribuye a que el Madrid se apunte esta Liga.
Y así fue en Granada, donde sus 28 minutos no fueron brillantes (20 pases buenos de 22, una recuperación, tres de cinco duelos ganados, cinco pérdidas...), pero le dio para entregar una asistencia de gran importancia: con el Granada tocando zafarrancho de combate tras hacer el 1-2, el belga convirtió un mal control en una buena asistencia para que Odriozola hiciese el 1-3 y sentenciase el duelo; poco después, Benzema haría el 1-4 definitivo y sellaría los tres puntos.
Con el gol marcado al Sevilla y la asistencia contra el Granada, Hazard suma ya cuatro goles y un tanto entregado este curso, lo que combinado con la temporada pasada eleva la cuenta a cinco dianas y ocho asistencias. Muy poco para un fichaje de 100 millones de euros fijos (más variables), pero por lo menos Hazard muestra en el campo que decodifica las señales que le manda Zidane: el Madrid necesita su versión más decisivo para pelear por un nuevo título de Liga.