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LEGANÉS

Javi Hernández, de exiliado a puntal

La versatilidad del defensa jerezano le está permitiendo a Garitano solventar con eficacia las bajas en defensa. Hernández estaba predestinado a salir cedido cuando fichó.

Javi Hernández, de exiliado a puntal
INMA FLORESDIARIO AS

Javi Hernández (Jeréz de la Frontera, 23 años) llegó para ser carne de exilio. Butarque como frontón. Primero dentro. Luego fuera. El Leganés compró el 50% de sus derechos al Real Madrid por medio millón con la intención de cederlo al Cartagena. No había marcha atrás. “Pero convencí a Martí”, confesó a AS. Con el lateral zurdo en ebullición (no se sabía bien qué pasaría con Silva), el club y el extécnico pepinero decidieron que sí. Que lo mejor era quedarse con el chico por si las moscas. Y es así cómo termina el relato del mejor fichaje de la temporada al sur de la capital. El cuento de hadas de un puntal inesperado para una zaga que afronta el tramo más importante de la temporada en descomposición y con él, con Javi, como una de sus escasas certezas.

Certidumbre poliforme. Vaya sintagma. Como este chico. Vaya defensa multiusos. Es lo que opinan en Butarque, donde lo ven como una bendición casi inesperada. Así lo intuye Garitano, aunque con más de bendición que de inesperado. Porque cuando retornó a la Avenida de los Once Leones Asier ya había consumido mucho del Lega este curso y había visto al chico rendir a las mil maravillas en el lateral zurdo. Pero luego llegó el desastre en defensa y apareció Javi como clave de bóveda para evitar el derrumbe.

Una oleada de bajas

Sucede que el Leganés sufre una plaga de lesiones que está dejando en los huesos la que Garitano siempre ha considerado línea fundamental de sus éxitos. El mal se ha hecho especialmente duro en el eje. Siendo puristas, en esa zona, el entrenador de Bergara sólo tiene a Sergio y Tarín como centrales netos. Mejor dicho, tenía. Ahora también cuenta con Javi Hernández, que se está resolviendo en el costado zurdo de esa posición como si fuera su profesión natal. Algo que muchos creen. Falso.

“No sé por qué la gente me ve defensivo. Quizá porque me consideran central. Pero en verdad no lo soy. Toda mi vida he sido lateral, pero en el Real Madrid me reconvirtieron a central, pero siempre, desde pequeño he jugado de lateral izquierdo, subir, meterme al área, meter centros o disparar desde el área. Soy más ofensivo que defensivo”, contó a AS. Desmontando el mito, aunque el mito también lo desmienta a él.

Porque donde habita la fábula, en el eje de la defensa, Javi está siendo futbolista resolutivo frente a los problemas blanquiazules. Y da igual que el Lega cierre con defensa de cinco o de cuatro. Su resolución y predisposición a apagar fuegos sigue siendo la misma. Magnífica.

Un plan diferente

Lo ha demostrado en los tres partidos que ya encadena ejerciendo como central izquierdo, ante Alcorcón, Sporting y Rayo Vallecano. En ninguno desentonó o se le vieron las costuras de ocupar un puesto que no sea el suyo. Al contrario. Parecía nacido para combatir ahí, donde ofrece a Garitano salida natural de balón por aquello de ser zurdo y, además, alguna variante táctica relevante.

Si el equipo decide volcarse por el lateral izquierdo, donde Jonathan Silva es futbolista ofensivo, la permuta de la defensa lo dibuja a él, a Javi, como un falso carrilero que le cubre la espaldas con especial efectividad precisamente por ser zocato. Incluso en este rol, se permite el lujo de subir y jugar balones en largo que, por su experiencia como lateral, suelen ser eficaces en el desplazamiento.

Virtudes que Garitano parece que perpetuará por su buen rendimiento y porque la cascada de ausencias continúa. Un puntal que sostiene una defensa lastimada y en la que él, Javi Hernández, no estaba llamado a ser pieza relevante. Lo suyo era el exilio. Butarque agradece que el efecto frontón acabara sólo en eso. En un efecto.